xᴠɪɪɪ

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Se suponía que Hoseok, al igual que él, también había dejado de beber sangre humana desde hacía ya un tiempo

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Se suponía que Hoseok, al igual que él, también había dejado de beber sangre humana desde hacía ya un tiempo. Pero en ese momento, cuando lo vio regresar a los minutos con varias bolsas plásticas, claramente robadas de un banco de sangre, no pudo evitar sentir desconcierto. El cigarro del pelirrojo ya se había consumido para cuando lo vio saltar la barandilla de su departamento, como si no llevara una conservadora llena de los deliciosos "snacks" de la noche.

—¿Te importa? —le preguntó, señalando la caja llena.

—Hoseok...

—Ya, sé que no tomas sangre humana. Pero será sólo por hoy. No pasará nada malo.

No supo por qué, pero en ese momento pensó en Jimin y se sintió culpable. Como si estuviera por hacer algo incorrecto.

—Creí que tú tampoco bebías.

—Bueno, intento no hacerlo —se encogió de hombros—. No está mal salirse de la dieta de vez en cuando, siempre que no matemos a nadie, claro.

Yoongi carraspeó, no podía dejar de sentir la saliva que espesaba más y más en su boca. Incluso los latidos de su corazón se habían acelerado, provocando que sus oídos pulsaran. Y sabía por sus cinco sentidos que Hoseok estaba casi igual que él.

—A la mierda —espetó Yoongi.

Tomó una bolsa y la desgarró con los dientes, sin importarle que su camisa a rayas azul marino y blanca se manchara en el proceso con una gota espesa que había salido volando. Yoongi apretó los ojos y bebió desesperado casi la mitad, sentía que sus músculos empezaban a palpitar con fuerza y sus ojos sólo podían ver carmesí a su alrededor, por más cerrados que estuvieran. Ardían, todo ardía con fervor mientras su boca envolvía el plástico entre los colmillos.

—Tranquilo, amigo —rio—. De haber sabido que te gustaría tanto, hubiéramos hecho esto mucho antes. Yo no decía nada porque con lo amargado que eres seguro me sacabas cagando a patadas. O bueno, eso antes de que te volvieras así...

Yoongi ni siquiera respondió, se lamía los labios pintados de rojo con una lentitud infernal, su lengua era ligeramente puntiaguda haciéndolo ver todavía más oscuro y viril.

Por pedido de ambos, se encendieron otros cigarrillos y empezaron a fumar, embriagados en la deliciosa mezcla que la sangre generaba al fundirse con el amargo humo y la sensación de quemazón que provocaba al llegar a la garganta. Se habían olvidado por completo del motivo inicial de su reunión, en especial el azabache.

Todavía no podía dejar de sentirse incorrecto. Y aquello sólo lo hacía, inevitablemente, beber más y más, querer más esa sensación del humo quemando su tráquea. Yoongi era demasiado débil a los vicios, a la vida. Por eso se había reprimido tanto este tiempo. Temía volver a caer, porque siempre que caía lo hacía con demasiada fuerza.

—Dios, esto está delicioso —bramó Hoseok con voz ronca.

Cuando acabaron la mitad de la conservadora, ambos se sintieron satisfechos. Dejarían el resto para después, si la noche lo ameritaba. Yoongi había bebido tres bolsas más que Hoseok en cuenta total.
Tenía como excusa que hace mucho no se alimentaba con sangre humana.

4 ᴏ' ᴄʟᴏᴄᴋ  - ʏᴍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora