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Cuando despertó a eso de las ocho, Yoongi todavía seguía dormido

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Cuando despertó a eso de las ocho, Yoongi todavía seguía dormido. Tonto vampiro, quizá su sangre lo había amodorrado, o tal vez había sido esa confesión de amor que habían tenido al amanecer. Sea lo que sea, Jimin no lo quiso despertar, más bien dejó café preparado abajo para Yoongi antes de irse al trabajo. Quizá lo más romántico hubiera sido que su mayor se despertara primero, que le llevara un bonito desayuno a la cama y lo apresurara gentilmente, porque lo llevaría a la facultad en su auto. Pero la situación no era perfecta para ninguno, y por algún motivo se sentía más seguro así, turnándose los cuidados entre los dos. Sabía que Yoongi no dormía por las noches. Lo mejor que podía tener a cambio era la vista de sus párpados cerrados y su respiración apacible.

No vería a Yoongi el resto de la semana debido a que, como ya habían hablado, se tomó sus días de duelo. Por un lado lo entristecía; había acostumbrado a esperarlo en la entrada, a compartir el desayuno juntos, sonreír porque él bebía su café con sorbete y siempre le provocaba la misma ternura por mucho que lo viera. Las jornadas se le harían largas sin esos pequeños pero significativos momentos. Por otro lado, sabía que le haría bien mantener su espacio. Habían sucedido muchas cosas entre ellos, nuevos acercamientos y experiencias. Lo que menos quería era embarrarlo. Lo más sano era mantener una distancia prudente, lo suficiente para ordenar sus ideas, para desear volverse a ver con un plan anticipado, un pantallazo general de lo que harían de ahora en adelante.

Aunque Jimin, tan ansioso como siempre, ya tenía la mitad de la idea hecha. Por eso esperó a Taehyung en casa pasada la tarde noche —y ya finalizada su jornada—; estuvieron mensajeándose durante el día y le había asegurado llegar temprano de su sesión de fotos con Hoseok. Tal vez tendría que viajar en unas semanas hacia una agencia de Japón que le tenía los ojos encima, si todo salía bien; eso le había dicho en una de sus esporádicas llamadas. Por supuesto que Hoseok lo acompañaría. No era la primera vez que su amigo viajaba al exterior por ofertas de trabajo, pero sí era la primera vez que lo haría con él. De más está detallar la felicidad que desbordaba el moreno cada vez que sacaba el tema a luz, y cada vez que no también.

Taehyung hizo aparición cuando Jimin estaba preparando la cena, un salteado de arroz al curry con verduras. El aroma flotaba gentilmente por la cocina y se esparcía hasta el salón dándole la bienvenida de la forma más agradable posible.

—¡Qué delicioso huele! —escuchó exclamar al moreno.

Lo imaginó colgando su saco de corte clásico en el perchero, al igual que su bolso favorito con telas de seda abrochadas, quizás echando su cabello hacia atrás por el calor que ganó al subir las escaleras rápidamente. Jimin siempre lo reprendía suavemente, alguna vez podría tropezarse y no quería tener que hacer de enfermero por un tiempo.

Pronto sintió la silueta de su amigo acercarse a sus espaldas y darle un abrazo. El aroma varonil de Taehyung inmediatamente se hizo más intenso que el curry, era una mezcla hogareña y familiar para él.

4 ᴏ' ᴄʟᴏᴄᴋ  - ʏᴍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora