Tenía a su primer amor junto a él. Entonces Yoongi no necesitaba nada más, ni siquiera la eternidad que se entregaba a él cada noche con sus brazos abiertos. No podía, la despreciaba. Cada vez que ella no se presentaba, golpeando su puerta con cadencia, entonces sus dedos se sentían tan felices que podía bailar. Pero siempre volvía con una fuerza incomparable, como si se hubiera hecho más pronunciada, más gruesa en esa pausa, y le recordaba pertinazmente que no podía huir precisamente de ella. Era una risa mordaz al tacto.
Cuando más lejos se sentía de la eternidad, la respuesta estaba en la música, su único amor. Lo etiquetaba de ese modo simplemente porque era la primera acción o fenómeno en el que lograba sumirse sin esa sombra que lo atemorizaba y se llamaba indecisión. Hacer música era algo tan fraternal como si disciplinara a un cachorro. Yoongi de pronto cobraba escamas y bronquios y podía respirar con claridad en las turbias aguas.
Le gustaba el piano y el sonido que emitía cuando sus dedos se deslizaban por sus orillas de polvo jade. Le gustaba porque además la habitación amplia estaba llena de vacío en cada esquina y producía cierto eco que le recordaba al ulular de un búho en la noche. El espacio se colaba entre finas capas de suciedad que se acumulaban de vez en cuando, porque Yoongi vivía en una casa demasiado grande para su pálida y etérea presencia. Tal vez sus zapatos dejaban huellas, cuando solía caminar de un lado a otro sumido en sus pensamientos, generalmente referidos a la música o la eternidad, pero no había nada más que un par de suelas hundidas en las pesadas alfombras.
Le gustaba la música porque precisamente no sabía hacer nada más que no fuera ella. Eso la hacía interesante, eso hacía que no pudiera dejarla ir, que se aferrara como hombre sediento. Sin la música no era nada especial, fuera de sus eternos desvelos. De alguna manera había dedicado el último de sus respiros en vida para enviarle la orden a su cerebro de deslizar los dedos para formar la escala del sol una vez más, y no podía estar más de acuerdo con ello.Por un tiempo había estado lejos del piano. No podía precisar los años transcurridos, ni siquiera con el instrumento más conciso, porque aquello sólo resultaría en una pequeña hendidura en la línea temporal que terminaría por evidenciar su rostro de una amarga burla. Sólo sabía que se topó con él por accidente al mudarse a la añeja casa de sus tíos, que su apariencia sigue siendo desde entonces la misma. Lo llamaba hilo rojo del destino. Podía enredarse pero jamás romperse.
Pero no alcanzaba a recordar. Sólo sentía las ondas de placer expandiéndose en su cuerpo, sus oídos flotando al compás de la celeste melodía en curso, y nada más que le permitiera ser tan Min Yoongi en realidad.Tal vez sólo era egoísta, porque Yoongi sabía que de esa forma no se sentía tan solo y miserable, si es que alguien como él todavía podía sentir soledad. Lo había olvidado por completo. ¿Cuánto tiempo había transcurrido de su último respiro? Tenía la piel helada, en un extraño silencio, pero incluso ni así podía pudrirse.
El aire que se esparcía como gotas de lluvia por las paredes del vidrio señalaba que Yoongi ya no podía respirar, siquiera su piel brillaba bajo las cosquillas del sol. Nada. Sólo era una brisa, algo inerte en movimiento. Pasajero e invisible.A veces le venían recuerdos. Especialmente, solía recordar cuando sus padres lograron morir aquella vez. ¿Estaría bien decir que su alma rasguñaba por tomar su lugar? Porque sí, los seres como él también tenían alma, simplemente había perdido su dulzor. Todo era culpa de la eternidad.
Aquella vez que sus padres lograron morir, era una noche fresca de verano. Se oía el sonido de los grillos en el jardín y la luna brillaba intensamente sobre el agua. La familia de Yoongi se encontraba reunida en el quincho de su abuela materna, no podía recordar detalles más que una extraña luz de color naranja que pronto empezaba a evanescerse y recluirse, como si se condensara absolutamente en un mismo punto. ¿Esa simple luz representaba a sus padres muertos? ¿Era el fuego ardiendo en sus pieles o el simple color del verano?
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4 ᴏ' ᴄʟᴏᴄᴋ - ʏᴍ
FanfictionPark Jimin es el profesor de letras en una prestigiosa Universidad de Seúl. Min Yoongi, el profesor de música, oculta muchos secretos. -Géneros: fantasía, romance, narrativa gótica. -Pareja principal: YoonMin. Menciones del VHope y NamJin. -Capítul...