50.- Dream Santorini

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Ángelo.

Pensamos mucho sobre si tendríamos una luna de miel, no podíamos dejar tanto tiempo a los desastres solos, y esa era una cuestión en la que Daphne y yo estuvimos de acuerdo.

Sin embargo, también quería que tuviésemos una impresionante luna de miel, una en donde pudiésemos disfrutar de nuestro valioso tiempo como esposos.

Así que, tras una charla, lo decidimos.

Viajaríamos a las islas Santorini, en Grecia. Estaríamos cuatro días solos y el veinticuatro los desastres viajarían con Antoni para alcanzarnos en navidad. Pasaríamos cerca de dos semanas recorriendo Grecia, y luego volveríamos a Italia.

—Oh, Dios —Daphne suelta una exclamación cuando el auto se detiene frente a un lujoso hotel—. ¿Realmente nos quedaremos aquí?

—Así es —murmuro bajando—. Y eso no es lo mejor, nuestra habitación, es la suite principal.

Un grito emocionado brota de ella mientras baja del auto, ríe cuando recibe una mirada de reproche de mi parte por no esperar a que le abriera la puerta, bajo por completo en el momento en el que el personal del hotel encargado de nuestras maletas sale a recibirnos.

—Señores Lombardi —una mujer de mediana edad nos recibe—. Bienvenidos al Dreams Luxuri Suites.

Daphne sonríe con entusiasmo al tiempo que envuelve uno de mis brazos con el de ella y se apega a mi cuerpo.

—Esperamos que sea una experiencia maravillosa para ustedes.

—Estamos seguros que si —respondo mirando a mi esposa.

El sol nos golpea y me ajusto las gafas de sol, la temperatura en diciembre es cálida, no tanto como para agobiarnos de calor, pero si lo necesario como para permitirnos disfrutar de las playas sin inconvenientes.

—Me siento como de la realeza —murmura Daphne cerca de mi oído cuando hemos recogido nuestras tarjetas y caminamos hacia el elevador del hotel—. Como en esas películas de millonarios.

—Pues buenas noticias para ti, mia regina, somos millonarios —le recuerdo.

—No, tú eres el millonario —objeta

—Y tú eres mi amada y adorada esposa —respondo cruzando un brazo por su cintura—. Parece que olvidas ese detalle.

El sonido de su risa es toda la respuesta que obtengo. Cuando llegamos a la habitación que nos corresponde, ingreso las llaves y un nuevo jadeo brota de Daphne.

—Por Dios, esto es increíble —exclama mientras camina hacia el centro y gira sobre su eje para conseguir mirar todo a su alrededor.

Una lujosa habitación nos recibe, los colores azules en diferentes tonos nos dan la bienvenida. Hay una espaciosa sala de estar, y cuatro puertas, incluyendo la de la entrada.

Una pantalla gigante está frente a los sillones del centro, hay bebidas frías en el centro de la mesa, incluyendo un vino y un par de copas en el borde de la mesa. Estamos en el último piso, así que cuando caminamos hacia una de las puertas y encontramos el inmenso balcón, descubrimos una vista preciosa.

Hay un par de camastros en el borde, la vista al mar es completamente impresionante y la piscina de varios metros me tienta a lanzarme ahí ahora mismo.

—Ángelo esto es...magnifico —la emoción no abandona su voz—. Es preciosa, mira... ¡se ve casi toda la isla desde aquí!

—Parece que la agencia de viajes entonces hizo bien su trabajo —respondo con una sonrisa—ven, miremos lo demás.

Los desastres vienen de a tres. (SL #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora