Ángelo.
Alek Chavanov, el famoso empresario dueño de "Icarus Tecnology" parece en verdad entusiasmado de estar en los casinos Maximous.
—Todo está adecuado para que pasen una velada increíble —hablo hacia él. Su acompañante y mano derecha, según como presentó al hombre que lo acompañaba, se había retirado hacia la barra de bebidas.
—No me ha decepcionado, es tan majestuoso como prometía —un dejo de orgullo me invade cuando habla mirando alrededor—. Tu padre y yo éramos buenos amigos, me invitó en más de una ocasión, pero no había tenido la oportunidad de llegar a Italia, hasta ahora.
—Sé que le hubiese encantado verlo aquí.
—Has hecho un buen trabajo con el imperio, Ángelo —sonrío con orgullo y satisfacción.
—Espero que...
—¿Qué esperan? ¡Saquen a esta mujer de aquí! —el revuelo proveniente de la barra capta mi atención. Distingo a Pietro Costa, la mano derecha del señor Alek discutir con alguien.
—Si me disculpa, iré a ver qué sucede. Disfrute la noche
Le dedico una sonrisa educada y me abro paso hasta la barra. Un par de hombres de su propio equipo de seguridad están a los costados y uno más enfrente. Pietro tiene gran parte del traje manchado con un líquido rosa y maldigo.
Pietro Costa es un reconocido asesor financiero, no tuve la oportunidad de trabajar con él, pero parece ser que fue a Rusia hace un par de años para probar suerte, y vaya que le fue bien.
—¿Qué ocurre? —la atención del hombre pasa hacia mí—. ¿Hay algún problema?
—No deberían permitirle la entrada a alguien tan vulgar —dice con molestia, toma el paño que el chico de la barra le ofrece y luego me mira.
—¿Qué quiere...?
—Esta mujer se ha comportado de la manera más grosera, deberían cuidar la imagen del casino y no permitir que cualquier mujerzuela ingrese.
—Ángelo...—la voz temerosa de Daphne se cuela en mis oídos. Solo en ese punto me percato de que Pietro Costa, está hablando de Daphne.
De mí Daphne.
—Suéltala ahora —exijo hacia el hombre que mantiene sujeto uno de los brazos de Daph—. ¿No me has oído?
—Señor Lombardi...
—¡Suelta el brazo de mi novia ahora mismo! —bramo con la ira recorriéndome las venas.
El guardia palidece, suelta a Daphne en un movimiento rápido y ella se tambalea. Su rostro refleja la angustia, así que no dudo en acercarme y pasar uno de mis brazos detrás de su espalda.
—¿Es tu...tú novia? —Pietro inquiere con incredulidad.
—Señor Costa, nunca tuvimos el privilegio de trabajar juntos, pero por respeto al señor Chevanov, no haré que lo echen de mi casino por haberle faltado el respeto a la señorita Lennox.
Giro hacia ella, olvidándome de la molestia y llevo una de mis manos hacia el costado de su rostro.
—¿Estás bien, nena? —asiente algo aturdida.
—Deberías de cuidar entonces, a la clase de mujer que eliges —tenso la mandíbula, repitiéndome que este es un evento importante y el idiota frente a mí es uno de los invitados.
—Pietro —hablo olvidando las formalidades—. Estás hablando con el dueño del casino, y esta mujer, es mi acompañante e invitada. Si le faltas el respeto a ella, me lo faltas a mí también y creo que no debo decir que no tolero ninguna clase de insulto.
ESTÁS LEYENDO
Los desastres vienen de a tres. (SL #1)
RomanceSAGA LOMBARDI #1 Las historias están conectadas pero no es necesario leerlas en orden para entender. Ángelo Lombardi, frío, calculador, compulsivo del orden. Daphne Lennox, sarcástica, impulsiva, la palabra orden y Daphne han estado peleadas toda...