31.- Hay elecciones que hacer.

43.1K 3.1K 703
                                    

Ángelo.

—¿Un juicio? —Antonella me mira con algo parecido a temor—. ¿Por qué?

Había optado por hablar con ella, es la mayor de sus hermanas y en realidad no sé a qué vaya a enfrentarme al llegar delante del juez.

—Hilary quiere impugnar la tutela que tus padres me cedieron y...

—¡No! —exclama—. ¡No puede hacer eso! Tío no...

—Hey, tranquila —coloco las manos a los costados de su cuerpo—. Todo va a resultar bien, tus padres me dejaron la tutela y no hay nada de malo para preocuparse.

—Si no hay nada de malo, entonces, ¿por qué me estás diciendo esto? —inquiere—. ¿Crees que algo pueda salir mal?

Tomo una inhalación, Daphne me mira y hace un gesto, alentándome a hablar.

—Pasa que hay cosas, Anto, de las cuales fui acusado antes —musito—. Cosas que no son agradables y no quiero que sepas, no sé si Hilary use eso, no sé si se atreva a mentir, así que quiero que sepas esto, que voy a ir a un juzgado y voy a hacer mi mayor esfuerzo para que todo siga igual.

Sus ojos se cristalizan y baja la vista.

—No quiero que tengamos que irnos a otro sitio —dice en un hilo de voz.

—¿Quién dijo que irán a otro sitio? —inquiero—. Te dije que somos una familia, así que como familia que somos, tengo que ir a defendernos.

Ella sonríe con sutileza.

—Confiamos en ti.

Mi corazón da un vuelco furioso tan pronto como ella dice aquello.

—Y no voy a defraudarlas —sonrío hacia ella, intentando aparentarle que todo va bien—. Ahora te dejo para que continúes con tus deberes.

Salgo de la habitación sintiéndome sofocado, Daphne permanece algunos segundos más con ella antes de salir, y tan pronto como lo hace, siento que voy a explotar.

—Tranquilo —susurra tomando una de mis manos.

—¿Cómo puedo estarlo cuando tengo que presentarme mañana a una audiencia? —cuestiono—. Daph esa mujer pudo haber dicho cualquier mentira.

—Ángelo, si hubiese usado lo que temes, alguien de servicios infantiles ya hubiese venido por las niñas —señala—. Sabes bien que una acusación de maltrato y abuso no es fácilmente ignorada, se toman en serio. Si Hilary hubiese usado eso, ellas no estarían aquí.

Intento creer en sus palabras, en que definitivamente no había modo de que Hilary usara lo que ocurrió en San Francisco en mi contra, pero, aun así, era consciente de que había una minúscula probabilidad de que fuese algún as bajo la manga.

—Realmente no quiero perderlas.

—Y no lo harás —dice con una sonrisa cálida—. Necesitas estar tranquilo y pensar positivo.

Deja un apretón en el agarre de nuestras manos, y solo entonces sonrío. Dejo de sostener su mano para abrir los brazos y atraerla hacia mí. Ella envuelve mi torso con sus brazos, y se aferra a mi cuerpo de una manera que me hace sentir tan bien.

—Voy a necesitarte ahí —susurro—. Estarás, ¿verdad?

—Siempre estaré para ti —promete—. Deja de pensar que algo trágico va a pasar, ¿sí? Necesitas estar fuerte.

Se aparta para elevar las manos hacia su pecho y forma dos puños.

—Gracias.

Sonríe, bajando las manos y me dedica una sonrisa suave.

Los desastres vienen de a tres. (SL #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora