No enloquezcas

13 3 2
                                    

Jueves 29 octubre.



*Darek Verona.


Aria ha estado unida a la directora Soto, son dos imanes inseparables.

La he visto unas cuantas ocasiones, siempre rodeada de gente. Es otra persona, una mujer ordinaria cuyo interés es ser el centro de atención, la más querida del internado.

Esta mañana nos vimos unos segundos, mencionó estar extremadamente atareada con la fiesta y el trabajo extra de lenguas. Esa señora le causa demasiados conflictos. Es momento de intervenir, defender a la reina Aria. Tiene cosas más importantes que hacer, sus objetivos deben concentrarse en el plan de escape.

Observo sobre mi hombro a los estudiantes, están comiendo y hablando. Mis hermanos están ejercitándose. Me cercioro de no ser visto, rodeo nuestro edificio. Término en el estacionamiento.

La veo guardar varios libros en su maletero del automóvil.

Avanzo silencioso hasta detrás de ella.

—¿Ya es su hora de salida? —interrogo. Da un brinco asustada, voltea a verme. Coloca la mano sobre el pecho calmando su taquicardia. Continúa guardando las pertenencias.

—Buenas tardes... Sí, mañana tenemos el día libre. ¿Necesita algo, joven Kant?

¿Era necesario mencionar lo último? No me haga perder mi paz mental, no es conveniente.

—Ese no es mi apellido —comento rechinando los dientes. ¡No soy Kant! ¡Nunca he sido un Kant!

—En sus documentos legales, el apellido es Kant —cierra. Gira posicionándose frente mío —. ¿Qué necesita?

—Aria no podrá entregar su trabajo. Es cruel ser tan fría, ella estaba inconsciente en la enfermería.

Sufrió una casi violación. Afortunadamente, Hal intervino.

—Los directores me informaron del suceso, modifiqué mi fecha de entrega a hoy en la noche. Posee suficiente tiempo —finaliza nuestra conversación dando vuelta.

Sintiendo pena cierro mis ojos y niego.

—No ha comprendido mis palabras, profesora. Debe comportarse con Aria. Hay mucha presión sobre sus hombros. Sea linda y respetuosa.

Rueda el cuerpo de nuevo, alza la ceja arrogante.

—Jovencito, no es el primero o último, intentando amenazar. Ahorre sus palabras de niño malcriado. ¡Alguien como usted no intimida! —responde creyéndose la dueña del mundo. Es tan pequeña mide aproximadamente 1.55m, sus zapatillas enormes no ayudan a tener una conversación cara a cara.

Asiento.

—Analice sus decisiones siendo meticulosa, no querrá equivocarse, profesora —camino de vuelta por donde vine. El timbre va a sonar en cualquier segundo.

Aria nos suplicó cuidar nuestro comportamiento, quería calma de parte nuestra.





Timbra la campana. Veo a esa mujer rubia caminar hacia mi lugar.

Alzo mi ceja mirándola. ¿Hasta cuando va a darme paz? ¿Qué palabras le harán entender? ¿Tengo un acento extraño y no comprende?

—¿Irás conmigo a la fiesta de Halloween? —se inclina mostrando su escote exuberante. Siempre viste ropa diminuta y escotes grandes. En mí, nunca ha generado ninguna reacción positiva.

—No —contesto otra vez. Todo el día ha estado insistiendo en el mismo tema. Desespera. Cuando aparezca la luna, ninguno de nosotros estaremos aquí.

Comienzo a anotar el contenido del pizarrón.

—¿Tienes a alguien de acompañante?

—No.

—¿Y por qué no quieres ir conmigo?

—No me interesas. ¿Lo repito nuevamente? No me interesas —hablo concentrado escribiendo.

Gabriel voltea hacia atrás, niega mirando una escena tan común durante casi un año. Ella ligando conmigo, yo rechazándola.

Ella hace una risa infantil.

—Es porque todavía no te acuestas conmigo. Cambiarás de parecer —extiende su mano intentando tocar mis pectorales. Detengo en un segundo.

—¡Dije que no! —alzo la voz.

Empujo el brazo. Ignoro a todos, presto atención, escucho la clase.

Hace tiempo perdí el interés en las relaciones, tener sexo o algún contacto con mujeres. Y después, Aria viene a transformar todo. No quiero y no deseo a otra persona.

Amo el color de su cabello...

Un fuerte estallido invade el internado.

Giro mi cabeza hacia a un lado, miro el estacionamiento. Un auto rojo está impactado de modo frontal contra el muro. Los estudiantes observan con ojos tan abiertos dicho accidente.

La puerta del piloto se abre despacio, cae al suelo asustada y temblando. Admira el cielo intentando respirar tranquila.

Desvía su visión a mí. Hago un asentimiento.






Me incorporo del colchón veloz.

Debe ser Aria, le propondré ir al bosque a distraernos y conversar en privado. No hemos hablado. Abro ansioso... Una fuerte desilusión nubla mi alma.

—¿Qué? —interrogo molesto.

—Darek. Vengo a hacerte compañía —hace un puchero infantil.

Alzo la ceja.

—Estoy bien solo. Deja de acosarme —comienzo a cerrar.

Deseo ser un caballero y no insultar o hablar mal, pero estoy a instantes de perder mi tranquilidad.

Ella se atraviesa metiéndose en la rendija abierta.

—Quiero enseñarte que te pierdes —estruja sus senos —. Te gustará.

—No generas ninguna emoción o excitación, te quiero lejos. ¡Vete! —grito rabiando de molestia —. Cerraré. No me interesa si estás en medio.

—Puedes tratarme mal, me gusta —sostiene mi brazo. Empujo el pedazo de madera. No voy a discutir con una persona tan necia. No necesito problemas, la situación podría malinterpretarse. 

Ella se posiciona frente a mí impidiéndome avanzar a las escaleras.

Endurezco mi vista.

—Llevas meses atrás de mi. Entiende, nadie me interesa, ninguna de ustedes —Aria es quien me interesa—. ¡No molestes!

Retira su playera quedándose en brasier. ¡Fuck! Respira, Darek. No hagas idioteces.

Suspiro cansado.

—Tócalas, te van a gustar.

—Vete —ordeno elevando mi tono —. No quiero nada contigo ni ahora, ni nunca.

Un guardia entra en escena. Mira primeramente los senos casi desnudos de ella, hambriento la admira. Regresa a su postura "profesional y correcta".

—Señorita. Acompáñeme y vístase —acomoda su bóxer. ¡Puaj, es asqueroso!

—Oficial. ¿Le podría explicar que no es correcto dormir juntos? —expreso mirándolo. Giro volviendo a mi habitación. Necesito paz.

—Darek. Te gustará —chilla desesperada.

Cierro estrellando la puerta a centímetros del rostro.

No enloquezcas, Darek. En 2 días estarás libre. Ya pronto serán libres, van a olvidarse de guardias, perros policías, cámaras, vigilancia, estúpidas clases, restricciones y del mundo retorcido. El otoño al fin morirá.

El otoño retorcido 1 🍁[✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora