El otoño retorcido 1 🍁[✔]

Eres traviesa

Martes 6 octubre.

*Hal Barnet.

Camino entre los árboles, ayudándome del reflejo lunar veo el cabello rubio medio castaño de Azael. Una voz femenina lo acompaña. 

Dijo que hablaríamos en privado.

—No pretendo ponerte en un pedestal, estuviste increíble. ¿Cómo sabes los deseos del otro? —interroga sorprendida. Es perceptible la falta de aliento en sus pulmones. Terminaron hace unos 10 minutos.

Agudizo el oído. ¿Dónde he escuchado esa voz? Suena familiar en mi cabeza, no consigo identificar.

—Es un don natural, puedo leer los instintos sexuales de cualquiera. 

Me recargo en un tronco mirando la escena romántica de Erick y Ariel.

Azael sube el cierre del vestido... Era de esperarse, nunca desperdicia tiempo tratándose de satisfacer sus deseos carnales.

—Lo reconozco, eres bueno descifrando, pero no alcanzas mi altura, Verona.

Los dos giran sus cabezas en mi posición. Ella pega un brinco asustada. ¡Tenemos a una ninfómana en el internado! Antes de Azael, su juguete personal era Shawn Westbrook. ¿A dónde habrá ido? ¿Habrá muerto? Gente como él y como nosotros termina ahogándose.

—Eres un presumido —ríe carcajeándose.

Cruzo los brazos mirando a la mujer. ¿A qué hora piensa irse?

—Tenemos un tema pendiente —recuerdo en tono severo.

Adapta su postura a una seria. Mira a la querida amada.

—Nos vemos después, Ivy.

Ella viaja sus ojos de uno al otro. Miro sus cejas arrugarse en desilusión. Me odia, quería repetir.

Muestro una amplia y blanca sonrisa de satisfacción. Adoro arruinar momentos felices, es mi pasatiempo personal.

Permanezco en silencio, ella gruñe recogiendo sus cosas. Azael le ayuda a levantar lo demás.

Acerca sus labios a él, deja un beso en su mejilla... ¡La gente es tan predecible!

No besas tan "dulce" a una persona con quien quieres pasar un rato.

Su lenguaje corporal grita ¡quiero un hombre de verdad, quien me haga no querer a ningún otro! ¡Deseo pertenecer por primera vez a alguien!

Avanza hacia mí, con el hombro golpea mi brazo enfurecida.

—Azael no sé enamora, le encanta el placer. Quita esa idea de corazones y flores —murmuro. Rueda la cabeza mirándome a los ojos. Sonrío de lado —. ¿Herí tus sentimientos, pequeña? —expreso con un falso arrepentimiento.

Continúa su camino moviéndose rápido.

Le gusta causar intriga e interés al sexo masculino y fingir no anhelar un cuento de hadas o casarse. No, no pueden engañarme.

—No seas cruel, Hal.

—¿Era mentira? Si lo es, voy a disculparme ahora —finjo dar un paso atrás.

En silencio avanza hacia nuestro punto de reunión, adentrándose a las profundidades del bosque otoñal. Camino atrás suyo.

—Me obligue a frenar todo sentimiento hacia las mujeres. ¿Para qué necesitaba emociones?

—Lo lamento —digo apenado. Azael ha pasado momentos terroríficos, metí mis narices en asuntos delicados. ¡Carajo, Hal! —. Tenemos prohibido hablar del pasado.