Capítulo 12: Los padres de Cindy

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- Olie, cariño. Despierta. Iremos a comprar los regalos para tus amigos y si quieres podemos comer un helado también. - habló mamá.

Me levanté rápidamente de mi cama y fui al baño. Me vestí y daseyunamos.

- ¿Ya sabes que les quieres regalar? - preguntó mi papá mientras desayunabamos.

- Quiero darle un libro a Percy, él ya lo tiene pero está muy dañado y le faltan varias páginas. Y olvidé preguntar si podíamos pasar por una tienda muggle de cámaras. Mi amigo Jan Carlos tiene una cámara con la que nos retrata a cada rato. Les enseñaré unas de las fotos después... -

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Terminamos de comer y nos dirigimos a la chimenea. Tomé un puño de polvos Flu y los solté diciendo "callejón Diagon" fuerte y claro. Termine en una chimenea en el callejón Diagon. Salí de ella y mamá apareció en ella y después papá.

- Vamos - dije.

Tomé la mano de mamá y la de papá y los comencé a jalar hacia la tienda de libros.

Narra Percy:

Le había pedido ayuda a mamá para hacerles unos postres a mis amigos y ella había aceptado alegremente.

Ahora hablaba con Kanik en nuestra habitación.

- Te divertiste más que yo - habló Kanik.

Yo rodé los ojos.

- Quiero mostrarte las fotos que tengo. - me levanté del suelo y busqué en mi baúl. - Mira, esta fue el mes pasado. Estábamos en la Biblioteca estudiando. -

En la foto salíamos Oliver, Samuel, Samanta y yo. Oliver tenía su brazo rodeando mi cuello y yo estaba apoyado contra él. Samuel trataba de quitarle uno de los libros a Samanta.

Kanik sonrió, y la tomó en sus manos.

- ¿Quien es el chico que te rodea con su brazo? - preguntó refiriéndose a Oliver.

- Oh, ese es Olie. - sonreí.

- Oliver, por fin te veo. Mañana vendrá, ¿no? -

Yo no la escuché, (seguía sonriendo mientras pensaba en Olie), hasta que sentí un golpe en mi cara. Kanik me había golpeado con un cojín.

- Baja de las nubes Romeo~ - se burló.

-¿Quien es "Romeo"? - rodé los ojos.

- Cierto, aún no hemos intercambiado libros. -

Ella se levantó y rebuscó entre sus cosas.

Nosotros siempre intercambiamos un libro que hayamos leído y después hablamos de lo que pensamos sobre ellos.

- Aquí está - alzó un libro. - Esto me lo ha recomendado la maestra para leerlo. Es buenísimo - me lo entregó. - Ni se te ocurra mancharlo, romperlo, dañarlo ni prestarlo, o sinó le rogaras a Merlín. - amenazó.

- Entendido. - tomé el libro.

- ¡Chicos, a comer! - gritó Charlie.

Todos bajamos las escaleras rápidamente. Llegamos al comedor y nos sentamos a la mesa. Bill tenía a una pequeña Ginny de seis años en su regazo; un Ron de siete años estaba sentado junto a él; los gemelos, Fred y George, de ocho años junto a mí; Kanik a mi otro lado con Charlie y mamá junto a él.

- Su padre debe estar a punto de llegar. ¡Fred, George, dejen de darle pellizcos al pan! - regañó.

Sonó la chimenea.

Amor PeculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora