Cuando Minha llegó a su trabajo por primera vez se encontró con su jefe, para darle su currículum para comenzar a trabajar.
-Tenga, Señor Francisco Vito..-.
Estando sentado en su silla de oficina lo toma, y lo mira por un segundo, luego procede a guardarlo en una gavetera exclusivamente para empleados, colocado en una carpeta nueva y levanta la mirada hacia ella.-Está listo, Bienvenida al trabajo señorita Minha-dice este seguido de una sonrisa cálida de bienvenida. -Y por favor, llámeme solo Vito- Agrega sin decir más.
Ella asiente y sonríe también -Y usted solo dígame Minha-.
Pasado el primer día Minha a cumplido con su trabajo y no sólo eso, tal vez no se daba cuenta pero Vito la observaba para estudiar que tan bien hacía su trabajo y veía en ella una chica con potencial, que con él tiempo le tomaría afecto.
Unos meses después estos tendrían una conversación muy relevante a la hora de salir del trabajo.
-Señor Vito t-tengo algo importante que decirle... Pero por favor no se lo tome a mal- decía la chica con nervios muy notorios inclinando la cabeza levemente al suelo.
Este la mira y levanta la ceja extrañado por su comportamiento, a lo que preguntá: -Sí, claro ¿porque lo dice? ¿todo en orden?-. Ella asiente y baja más la cabeza al suelo.
Mientras que sus pensamientos querían salirse por su boca, ella sólo se redimía. -Me... Gu- aclara la garganta y termina la oración algo apresurada. -... ¿me podría dar un aumento?- levanta la cara y lo mira sonrojada y avergonzada, mientras pensaba "¿Porque no lo dije?".
Él al mirarla ríe un poco, y luego la mira sonriendo -¿Era eso?, vaya... Debes expresar bien las palabras, creí que te ocurría algo- saca su billetera y le da su pago duplicado y mientras habla. -Pero claro que sí, después de todo te lo has ganado-.
Ella queda algo sorprendida y lo toma -Muchas gracias yo... Tampoco pensé que sería tanto, ¿esta seguro? - lo mira tímidamente, y el le asiente y se acerca a ella y le pone la mano en el hombro. -Pero claro que sí... Anda vete a casa y descansa, mañana hay trabajo- Le guiña el ojo y camina fuera de la oficina, ella al verlo queda algo embelesada y le cuesta reaccionar por un momento pero al hacerlo camina detrás de él y lo alcanza.
Ella pensaba "¿Habrá alguien más bueno que él?"
Unos días después minha llega al trabajo algo aflijida tenía algunos problemas en casa, que la hacían sentir notablemente mal. Así que su Jefe Francisco Vito decide llamarla a su oficina para charlar.
Minha abre la puerta diciendo -Permiso, aquí estoy Señor Vito-. El sentado en la silla de su Oficina -Sí, adelante-. Mientras acomodaba unos documentos a un lado del escritorio.
Ella pasa tímidamente y se coloca alfrente de él-Dígame, ¿para que me llamaba?-. El la mira y medio sonrie -Quería saber ¿que te ocurre?, he notado hoy tu cara larga-. Ella se sorprende algo avergonzada -Eh!.. No!, para nada de que... Habl..-. El la interrumpe diciendo de forma seria y honesta -Se que algo te pasa no me engañas, cuéntame no como tu jefe si no como tu amigo-. Le guiña el ojo y medio sonríe.
Ella lo mira ya menos avergonzada y asiente -Bien... Lo que me pasa es que... He tenido problemas con mi casa y el alquiler, se me acumularon los pagos del agua, electricidad y otros servicios extras que añadieron, todo para nada porque ni siquiera es una gran calidad la que ofrecen, estaba pensando en mudarme a otro sitio pero no se a donde aún, y si no pago me sacaran de allí- dice preocupada.
Él la mira con una mirada compasiva, pues sabía por lo que estaba pasando, después de todo no siempre tuvo que ser el jefe de ese gran casino, el también tuvo que pasar muchas cosas desde su adolescencia, así que decide ayudarla. -Bien, cuanto dinero necesitas...- Ella lo mira estando avergonzada -Son 120$, le prometo que me esforzaré trabajando no tendrá que pagarme -.
El la mira y sonríe -No te preocupes no te lo descontaré-. Ella queda sorprendida y lo mira -¿De verdad?- El asiente -Sí, es porque de verdad lo necesitas, ¿no?-. Agrega y medio sonríe.
Ella asiente y lo mira -Muchas gracias... Usted es, ¡muy amable!-. La mira -No me agradezcas, somos amigos ¿no es cierto?- El sonríe calidamente.
Tiempo después Vito no solamente ayudó a Minha con los pagos de su casa si no que le ha comprado una casa, Minha no sabía cómo agradecerlo y el insistía que no lo hiciera pues era una gran amiga para él. Y ella no solo pensaba en él como un amigo después de todo los sentimientos de ella hacía él iban creciendo y creciendo.
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En Mi Corazón 🖤
RomanceMinha es una chica de 18 años, de nacionalidad Japonesa que se mudó a Estados Unidos junto a sus padres. Pero ha pasado un año desde que decide dejar la casa de sus padres y se va fuera de la ciudad, esta consigue un trabajo y pasa la mayor parte de...