capitulo 3

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                           Señora Marion

Estaba desayunando tranquilamente hasta que escucho como Martín esta hablando con alguien que supongo es mi madre.

—Si señora Marion, iré por usted al aeropuerto–volvía a repetir la misma frase que dijo hace segundos–entendido, si la señorita ya se encuentra aquí –en eso volteo a verme de reojo-si le daré su recado, hasta luego señora que tenga un buen día-dice este despidiendose por fin.

Vuelvo a concentrarme en mi desayuno, no quiero que regresen es muy pronto.

—Señorita visier-llama mi atención-su madre me mando a comunicarle que es unas horas aterrizara aquí en Barcelona.

—¿En unas horas?-pregunté incrédula, pensaba que solo estaban acordando el día.

—Si señorita.

—Pero ¿no tenía varias reuniones en Japón?-insistí.

—No, al parecer ya fueron canceladas al saber como se encontraba su padre, a lo mejor quisieron dejarle este tiempo para poder descansar–aclaró.

Esto debe ser una broma, una muy mala broma. Frustrada deje mi desayuno y subí a mi habitación, tenía que calmarme.

—Ok, respira ellos vendrán tu actuaras como si nada hubiera pasado y listo–me decia a mi misma–"pero si pasaron"
Me reclama mi consciencia. Suspire de manera sonora se supone que en este viaje estaría con papá y eso es lo que voy hacer, salí de mi habitación en rumbo a la de mi padre, toque dos veces y entre cuando escuche el  "adelante".

Se encontraba tomando una taza de café y una MacBook sobre su regazo, aun tenía esas maquinas a su alrededor pero su aspecto había cambiado y eso me puso de buen humor al instate.

—Hola señor coronel-dije posicionandome firme ante el–la cadete Farid Visier esta aquí a sus servicios-papá en ese momento subio su mirada y enderezo la espalda para optar una postura intimidante aunque estuviera en la cama.

—Cadete Visier, su coronel le ordena darle el mejor abrazo del mundo-demandó.

—Si mi coronel-respondí encaminandome para ir a darle ese abrazo tan reconfortante, al terminar mi tarea me sente a su lado para curiosar que miraba.

—¿Que haces? ¿No deberías descansar?-lo último sonó más afirmación que pregunta.

—Estoy viendo las encuestas, ¿Sabías que los Marchetti ultimamente estan subiendo las ganancias? Si siguen asi muy pronto nos quitaran el puesto-mencionó

—No seas exagerado papá, quizás estan en una epoca buena pero de aquí que nos superen sería muy dificil-no era ego ni presumir, pero alcanzarnos es una meta muy difícil para una empresa que apenas esta comenzando con el negocio.

—Nunca digas nunca diosa-decía mientras seguía bajando las paginas–como nosotros llegamos aqui ellos tambien, simplemente no podemos dejarnos quitar nuestro estatu, hay que ser inteligentes-me regañaba indirectamente.

—Aun estando delicado te preocupas por eso-reproche.

—Algún día lo entenderas-cerro el MacBook y me miro-¿que quieres hacer?

—De eso hablo, que tal si ¿vemos un película juntos?-lance la pregunta aunque ya estaba buscando una película sin esperar la respuesta de mi progenitor

—Diosa, ¿para que me preguntas si vas hacer lo que quieras?-bufo.

—Si no lo hiciera no sería yo-simplemente me encogí de hombros mientras me situaba a su lado agarrando el control remoto–¿terro o acción? ¿Que prefieres?.

—No respondere-afirmo el.

—Oh vamos dime ¿cual prefieres?-insistí.

—Acción-respondio al fin.

—Bien, terror-mi papá me miro con cara de poco amigos-¿que?-poniendo mi cara más inocente.

—¿Es en serio?-pregunto.

—Si, pero no te esponjes veremos una de terror y luego acción

—Sigo insistiendo para que me pre-

—Shhhhh-me puse el dedo índice el los labios-ya va a comenzar. De reojo vi que blanqueo los ojos e internamente me reí.

●   ●    ●

—Ves que tenía razón-decia mi padre mientras yo estaba que tiraba el control remoto hacia la pantalla del televisor.

—No puede ser, todas las señales apuntaban que el iba a morir y resulta que fue siempre el asesino-aún en estado de show voltee a ver la televisión–esto es una estafa.

—Oh vamos diosa, admite que tenía razón-lo mire fulminandolo con la mirada.

—Eso jamás pasara papá, tengo la retorcida teoría que llamaste, no se como, al director para que cambiara el final-lance mi teoría sin miedo al éxito.

—Dios, demasiada imaginación te gastas en esa pequeña cabeza-su mano empezó a revolverme el cabello-todo por no aceptar que no tenías la razón

—Mi segundo nombre es terquedad-sonrei-ahora toca acción.

Estaba apunto de preguntarle a mi padre si la película que veia en las opciones podría ser de su agrado cuando fui interrumpida por la puerta que fue abierta de manera brusca. La persona responsable me miro detenidamente ,como si estuviera analizandome, luego de su intensa evaluación su mirada paso de analítica a arrogante, porque eso si, Marion Visier era la arrogancia en persona.

—Veo que sigues igual-se dirigió a mi.

—Opino lo mismo, sigues igual de perfecta mamá.

    

Más Allá De Las LuciérnagasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora