Capítulo 18

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                      Nos volvemos a ver.

De tantas personas, ¿por qué tenía que ser uno de ellos?.

Seguíamos mirandonos, su mirada era analítica como si quisiera saber que estoy pensando.

Yo si se muy bien lo que estoy pensando》

¿Ocurre algo?–preguntó soltando mi mano.

—Para nada–me recompuse.

Sentí un escalofrío por toda mi columna vertebral. No sabía el porqué hasta que Alarick habló.

—Padre.

Volteé armandome de valentía.

yo te apoyo》

Gracias.

Seguía igual, la única diferencia que tenía era que las canas se le hacían más notorias en su cabello. Me miró y no baje la mirada, no me dejaría amedrentar.

—Señor Vladimir.

—Farid–se acercó a besarme la mejilla y me aparte, al parecer el entendió y se alejo–que bueno verte de nuevo.

—Temo no poder decir lo mismo.

—Vladimir–se acercó papá.

—Albert, no creí que Farid regresaría –su mirada recayó en mi nuevamente.

Lo odio.

—Ya sabes la vuelta que da la vida, no espere que este gran muchachon fuera aquel chiquillo de años atrás–comentó mientras ponía una mano en el hombro de Alarick.

—Genes Gauthier.

Quería irme.

—Sentemonos para tener más privacidad–llegó mamá.

–Claro.

Todos nos dirigíamos a una mesa un poco apartada del resto. Me senté lo más lejos posible de Vladimir no quería tenerlo cerca.

—Cuéntanos Vladimir ¿Como va la producción?–preguntó mi madre mientras se cruzaba de piernas optando una posición de superioridad.

—Estas últimas semana hemos tenidos jugosas ganancias Marion–se acomodó mejor en la silla–y veo que ustedes no se quedan atrás.

—Para nada.

Miré mi panorama notando que Lúcas no estaba.

¿Y este donde se metió?

—Farid espero que te lleves bien con mi hijo.

Alarick me miro de reojo sin mostrar emoción alguna.

—Espero lo mismo–tomé un poco de Champagne–como también espero que no sea una copia fiel a ti.

—Soy Alarick, no Vladimir–respondió de manera automática.

Eso puso el ambiente peor, no sé si le molesto mi comentario pero este no dejaba de ver un punto fijo.

《Autoritario, me encanta.》

Te encantan todos.

Este es especial》

Aja.

Seguían hablando, pero realmente no los escuchaba. Estaba en mi propio mundo, mundo el cual no existía mal ni daños, aquel que solo puedes crear para tu propio confort.

—¿Quiere irse de aquí?–susurro Alarick sacándome de mis pensamientos.

—¿Disculpe?

—Vamos–se levantó–iré a tomar aire con la señorita Visier, no se siente bien.

Mentiroso.

No espero respuesta, simplemente me agarro la mano y salió. El frío calo por todo mi cuerpo haciendo que me estremeciera.

—¿Por qué me saco así?–inquirí.

—Le hice un favor, debería estarme agradecida–se recosto en el barandal del balcón, llevo su mano al bolsillo sacando un cigarro.

—¿Fumará aquí?

—No, nadaré–rodé lo ojos por su sarcasmo.

Me acerqué al barandal también recostandome con una distancia prudente. Lo observe un poco mejor, comencé por su mandíbula luego pasé a sus labios rosados el cual sostenía el cigarro, pasé por sus pómulos hasta llegar a sus ojos.

《Verdes》

Un hermoso verde.

—La demandaré por acoso.

Despabile con su comentario e inmediatamente mire hacia otro lugar.

—Si de acoso hablamos usted fue el primero en hacerlo.

—No la acose, solo me dio curiosidad.

Yo si quiero conocerte completico》

Tómelo igual, fue solo mera curiosidad.

—Farid–llamo mi hermano.

—Si.

—Ya nos vamos–se acercó y con un movimiento de cabeza saludo a alarick.

—Bien.

Los tres nos adentramos de nuevo, ya la mayoría de las personas se habían retirado quedando un grupo reducido el cual éramos nosotros.

—Fue un placer charlar con ustedes–se despidió Vladimir.

—Es grato charlar con un viejo amigo–dijo papá.

Espere que su despedida fuera a la familia general pero al parecer no era su idea, ya que se fue despidiendo uno por uno hasta llegar a mi. Su mirada cambió, como si un cazador estuviera al frente de un pequeño conejo. 

Lástima que ahora soy un león, león lleno de seguridad el cual no se inclina ante nadie y que no pensará más de dos veces en sacar las garras si le llegan a lastimar.

—Adiós Farid–se acercó a darme un beso en la mejilla pero fue más alla llegando a mi oido–bienvenida pequeño conejito.

—No te tengo miedo.

—No quiero que me temas, el peor temor en ti, eres tu misma.

Se alejo con una perversa sonrisa para luego darse la vuelta actuando normal. Sentí que alguien me observaba

Lúcas.

—Adios–escuché decir a mi madre.

Alarick se acercó a mí para despedirse.

—Adiós señorita Visier–dejo un casto beso en mi mejilla–para la proxima no sea tan obvia al observar.

Mis mejillas se calentaron.

—Hasta luego señor Gauthier.

Padre e hijo se dirigieron a la entrada mientras nosotros esperábamos a que se retiraran.

Misión cumplida colega》

Misión cumplida.

Más Allá De Las LuciérnagasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora