Capítulo 32

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¿Desde cuándo?

Alarick se fue ya casi anocheciendo, no hablamos mucho, pero lo suficiente para sentirme más tranquila. Hablar con el hizo que se me quitara un pequeño peso de mi carga. Entré a la casa para buscar a Adam.

-¡Farid!-mamá oso corrió hacia mi-Dios pensé que te había pasado algo.

-Solo salí con Alarick.

-Si ya lo sé, pero eso no quita la preocupación que tenía-me abrazo, sentí mi nariz escocer.

-Vale estoy bien-le di una palmadita en la espalda-¿sabes donde esta Adam?.

-Adam esta en su habitación, tus padres llegarán mañana al parecer la reunión se alargo-asentí dándole un beso en el cachete-Farid, por favor descubre lo que tiene.

-Descansa y no te preocupes-subí las escalares rumbo a la habitación de Adam. Tenía que descubrir que era lo que le pasaba, estos últimos días lo noté muy raro y distante. Llegué a su puerta tocándola.

-¿Puedo pasar?-escuché un "si" bajo.

Entre y lo encontré tirado en una cama con los audífonos puestos, una almohada estaba ocultando su cara mientras que su cuerpo se mantenía estirado.

-Tenemos que hablar-me senté junto a él.

-No tenemos nada de que hablar.

-¿Que tienes?.

-Nada-su actitud no ayudaba así que agarré la almohada quitandola de golpe observando su cara de desconcierto.

-¿¡Puedes respetar mi privacidad Farid!?-subió su tono de voz, pude notar sus ojos un poco hinchados y rojos

Estuvo llorando.

-No pienso respetar tu privacidad en estos momentos Adam, no estás bien. ¿Qué ocurre-volteó su cara ignorandome-dime.

-Nada, eso es lo que ocurre.

-No te creo nada por ello insistiré hasta que me digas, y sabes lo terca que soy. Necesito saber que te ocurre, estas muy raro-vi como tragaba grueso.

Algo le esta afectando demasiado

Y odio no saber que es.

-Hace tiempo conocí a alguien, nuestro encuentro no fue planeado tampoco esperábamos lo que paso-narró-creí tener una conexión con ella, estupidamente creí eso. Al principio se negaba pero habían momentos donde simplemente se dejaba llevar, no se si por instinto o porque sentía algo por mi, todo siempre fue confuso. Estaba seguro que podía ganarmela, por eso cada día daba lo mejor de mi, cada jodido día-una sonrisa amarga brotó-¿y todo para que? Para que me dijera que era mejor dejarlo todo,para que se rindiera así de fácil. Soy un estúpido, un imbecil que no se dio cuenta de la cosas. Un ingenuo que pensó que realmente ella sentía algo por mi.

Hablaba con tanta melancolía que dolía, me dolía. Adam no es fácil de quebrar y ahora verlo así de esa manera me resulta difícil de dirigir.

-Lo más jodido de todo, es que el problema que yo tengo es mi edad. Mi jodida edad-se señaló-por eso no quiere nada, no sé si siente algo por mi,no sé si realmente me ama con la misma intensidad como yo lo hago pero ¿la edad? Me parece absurda esa excusa. Todo estaba tan bien, era todo perfecto hasta que se le metió esa idea en la cabeza.

-Lo lamento tanto-hice el intento de abrazarlo pero este se alejo levantándose.

-No quiero que sientas lástima por mi, odio eso y lo sabes-caminó como un león enjaulado-¡Todo fue una jodida ilusión, toda esta mierda fue nada para ella! ¡Y lo peor es que sigo aquí,llorando como un idiota!. ¡Malditasea!-perdió lo estribos tirando todo lo que encontraba, reaccioné rápido sujetándolo por la espalda.

-¡Ya basta Adam!-sentí su pecho agitado-necesitas tranquilizarte.

-Quiero dejar de sentir esto-fue cayendo poco a poco de rodillas hasta tocar el suelo-mierda, duele tanto.

Los espasmos no se hicieron esperar como tampoco las lágrimas. No pude evitarlo, lo acompañé con mis lágrimas, ellos eran mi punto débil, no me gustaba que sufrieran.

-Estoy aquí,no me iré de aquí-le susurré y eso fue un detonante para que se volteara y me abrazara de manera intensa.

-No te vayas.

-Nunca lo haría.

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La cabellera de Adam reposaba sobre mi regazo mientras mis dedos peinaba su cabello rebelde. Después de su episodio nos acostamos mirando a la nada, esperando que alguno de nosotros rompiera el silencio.

-¿Esa chica, se encuentra aquí?

-Si, la conoces.

-Laura-respondí, desde que me contaron sobre cómo se conocieron supuse que algo había pasado, pero no creí su magnitud-¿desde cuando?

-Desde el día que nos conocimos nunca perdimos el contacto pero estos últimos meses ocurrió todo.

-¿Puedes seguir con esto?

-Si te preocupa la búsqueda esto no me detendra.

-Entiendo-me quedé en silencio-¿realmente la quieres?

-Como no tienes una idea, aunque fue poco tiempo me envolvió-se levantó enseñándome su mejor sonrisa-pero nada de que preocuparse, superare esto.

-No lo dudo-sonreí -¿Quieres chocolate? Dicen que ayuda para alivianar estos momentos

-Me tendré que meter en una tina llena-reí y teléfono sonó.

-Adelantate

-Te espero, no tardes.

-Hola Laura.

Señorita Visier ya me enteré de lo ocurrido.

-Tienes que tener cuidado ahora.

Lo sé, creo que se me olvidó comentarles un detalle. Hasta ahora no había pensando esa posibilidad, pero creo que es la más aceptable.

-¿Que clase de detalle?

Ahorita no puedo hablar, reunamos a la misma hora, mismo lugar. Adiós.

¿Que detalle no nos habrá dicho?

Agarré mi celular para mandar un mensaje.

-Buenas noches señor Gauthier, quería avisarle sobre una reunión que tendremos mañana. Solicito su presencia-envíe. No pasaron ni 5 minutos cuando respondió.

-Buenas noches señorita Visier, con gusto asistiría. Usted dígame el día y la hora que allí estaré.

Le envié los datos para bajar hacia donde estaba Adam con un tarron de helado de chocolate.

-¿Quieres?

-Eso no se pregunta-agarro un poco deleitandome.

-Si sigues así engordaras, Mérida.

-¿Obesa aún me amarás?-hice una cara dramática.

-Gorda, flaca o lo que quieras siempre tendrás un puesto en mi corazón. Pero dejémonos de sentimentalismos que me pongo viejo.

-¿Y eso que tiene que ver?

-No tengo ni idea, pero viejo no me quiero poner-salió con pose dramática.

Ese es nuestro Hamish》

Más Allá De Las LuciérnagasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora