Capitulo 12

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                                Pesadilla.

—¿Seguro que te sientes bien?.

—Si Farid, estoy bien–respondió mi padre.

—El médico me dijo que ya podría ir a casa con las precauciones pertinentes–entró mamá a la pequeña habitación del hospital.

—¿Ya? eso es un alivio–me lancé al mueble que decoraba–¿Cuando nos vamos?

—Le harán unos exámenes más y ya.

—bien.

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Todo el personal se encontraba en fila mientras Marion sacaba su gran papel

Señora mandona》

—No quiero errores, el señor Visier necesita vigilancia–demandó.

—Si señora–respondieron al mismo tiempo.

Faltan los uniformes militares》

Falta la típica canción de combate que ponen en las películas.

—Pueden retirarse–se desplazaron cada quién a su puesto–iré a la empresa para resolver algunos asuntos, notificame cualquier novedad–se puso unos lentes oscuros y salió.

Esa hembra es mala》

Esa hembra hace daño.

Caminaba tarareando la canción de la novela, mi pasos eran largo y continuos hasta llegar mi habitación. Me lancé a mi cama y el solo movimiento brusco, hizo que rebotara mientra mi celular salía disparado hacia el suelo.

—Mierda mierda mierda–repeti mientras lo agarraba y verificaba.

—Está a salvó–lo abracé como si mi vida dependiera de ello.

Por personas así el mundo no avanza》

Y por conciencias como tu la gente se termina matando.

Auch eso dolió,me hieres mis sentimientos》

¿Cuáles? si no tienes.

《Me arruinas el drama》

Volví a mi antigua posición revisando mis redes sociales para pasar el rato, papá en estos momentos debería estar dormido.

No guardamos el número de kaysa》

Joder, lo olvidé.

Quedé mirando hacia el techo, esperando que las respuestas llegarán a mi. Kaysa, mi loca amiga, no confesó el gran misterio que se traía y eso era exasperante, no me gustan la cosas a medias, como tampoco me gusta que me escondan cosas.

Y creo que es lo que más hacen》

Ya no sé que pensar.

Suspire, mis pensamientos era un caos y realmente quería descansar así que dormir era la mejor opción. Al cerrar los ojos caí en un sueño profundo.

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Todo era una nube negra, no podía ver nada, ni nadie.

—"¿Donde estoy?"–me pregunté, seguí avanzando y entre más cerca más se iba aclarando el panorama. Estaba en mi habitación.

—"¿Cuando llegué aquí?"–estaba diferente, esta tenía los carteles aún pegados y osos de peluches por doquier. El ambiente se sentía pesado y un mal presentimiento se asentó en mi pecho haciendo que toda tranquilidad se esfumara.

Escuché unas pisadas a lo lejos, volteé de inmediato dandome cuenta que era el de nuevo. Me quede inmóvil cuando abrió la puerta

—¡No entres! ¡quédate ahí! por favor–mi voz bajo.

—Hola pequeña conejilla–como odio ese apodo–¿Quieres jugar?

No espere nada, corrí, mejor dicho intente correr ya que mis piernas no me respondía, el avanzo rápidamente hacia mi pero no iba a dejarme. Agarró mi cabello y lo tiro con fuerza haciendo que todo mi cuero cabelludo ardiera, intente quitármelo pero me era imposible hasta que vi la oportunidad de morderlo e intentar escapar.

—No seas cobarde y da la cara–volvió hablar en tono burlón–no que los Visier son personas que afrentan sus problemas, pues déjame decirte conejillo, que soy un ser muy problemático y necesito de tu esencia para solucionar cada uno de ellos.

Ni loca daría la cara, baje las escaleras tan rápido que me tropecé rondando por los escalones.

—Joder–intente pararme pero mi pie me dolía mucho–párate vamos–intentaba darme ánimos a mi misma.

—¿Te lastimaste?–bajaba las escaleras lentamente–pareces un sucio gusano.

Mi mente solo pensaba en sobrevivir por ellos, ignorando el dolor, me levanté como pude y seguí pero fue en vano ya que me empujó haciendo que cayera de brusque al suelo.

—No podrás escapar–su mano viajo hasta llegar a mi cuello donde apretó con vigor.

—¡Sueltame!–supliqué mientras mis manos arañaban las suyas–¡para!.

—No podrás escapar–volvió a repetir–nunca podrás hacerlo.

Y  desperté.



Más Allá De Las LuciérnagasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora