Un diván en mitad de Midvale

Capítulo 58 Striptease

El pedacito que faltaba de ayer, subiré el otro mañana al igual que el de experimento kara, felices lecturas

Alex

Nos colocaron a Sam y a mi atadas de manos sobre unas sillas, teníamos los ojos vendados y en la boca nos habían colocado un pañuelo, a ambas nos habían puesto espalda con espalda.

como habían predicho el veinte por ciento de los invitados, kara fue la primera en sonrojarse y bajar la mirada con las chicas nudistas que inundaban la sala de mi cuñada, por primera vez en la noche lena sonrió acunando la cara de mi hermana en su cuello, no sabia si morir de ternura o compadecerla

"Slave for you" sonó para todos en el estéreo home teater que escogí para la casa de lena, sentí que mi prometida dio el primer brinco de la noche, percibí unas manos acariciar mi cabeza, los dedos de la stripper bajaron por mi cara, después por mi cuello para terminar moviendo un dedo sobre mi pecho, de pronto sentí como se sentaba sobre mi y comenzaba a moverse sugestivamente, los gritos de los invitados casi me volvían sorda, no sabia si era por lo que le estaban haciendo a Sam o lo que me estaban haciendo a mí.

De un tirón la chica me arrebató los botones de mi camisa, quise agacharme para cubrirme ya que las manos las tenia atadas en mi espalda, sentí otro brinco por la parte de atrás, era Sam que casi me tiraba, muchos vítores y exclamaciones de animo se escuchaban mientras la chica seguía bailando sobre mí, sentí sus uñas rastrillarme el cuero cabelludo para después quitarme la venda de mis ojos –¡dios santo! – era la dominatrix que se retorcía sobre mí, quise voltear a ver a mi futura esposa y ver quien era la chica que le bailaba pero la muy perra me volteo la cara con una cachetada – hija de....– pude morder la venda de mi boca

–acabo de escuchar una mala palabrota– dijo jugando con una fusta sobre mi boca, sabía que Sam iba a escoger a esa chica para mí, cuando teníamos "nuestros momentos a solas" habíamos cumplido todas nuestras fantasías en la cama, la interpretación que más me gustaba era esa chica Reign, a la que Sam decía que era su alter ego, mi buena ama de casa católica no era mas que una pervertida del BDSM que gustaba castigarme con infinidad de objetos, en nuestras noches de amor fui bendecida por las cincuenta sombras de Sam, ¡ja! Aun así, yo iba a ganar todo ese dinero esta noche

Sentí otro brinco por la parte de atrás, me Moría de curiosidad por saber que chica habían escogido para Sam, sentí de nueva cuenta como la dominatrix me jalaba la cara para ver como se bajaba la falda negra de cuero y se quedaba en tanga, abrí los ojos de par en par –excelente servicio– exclamé sobre el pañuelo cuando vi que los dos atributos de la chica se acercaban a mi cara, si no estuviera con Sam ya me hubiera ahogado en ellos – oh por dios – se quitó el bra de un solo jalón, sentí de nueva cuenta que Sam brinco y se escucharon gritos de ánimo para ella

–¡no lo hagas! ¡por favor no lo hagas! – grito ella, ahora sí, tenía que ver que sucedía con la futura madre de mis hijas

–oye tu no puedes espiar – la chica se quitó el corsé y se quedo solo con el collar – acaso no te gusta lo que ves–

–lo siento– dije como pude con la venda estropeando mi habla –soy muy fiel– apenas y se me entendía, ella sonrió por supuesto

–te quitaré eso, tal vez pueda escuchar mejor las porquerías que tienes por decirme – la canción dejo de escucharse, la chica se enderezo y se bajo de mi regazo – que lastima mi tiempo ya terminó – dijo llevándose sus cosas y guiñándome un ojo cuando me iba, iba contoneándose toda hacia una habitación que habían elegido como camerino

–Sam, Sam, amor, ¿te encuentras bien? – pregunté angustiada tratando de mirar hacia atrás, la había notado dar brincos varias veces y moría de curiosidad por quién le estuvo bailando con esa canción