Capítulo 59 Pastelito

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Alex

Mi cuñada se desmayo en plena sala, cuando yo baje para revisarla, mama ya había llegado con su botiquín para una inspección, realmente no era que lena se encontrara de malas por la visita de lex, la desdichada de mi cuñada se estaba aguantando un leve dolor que comenzó a sentir desde la tarde saliendo de la visita de con la médico de cabecera, pero se lo guardo

–debemos de llegar urgentemente al hospital– dijo mamá revisando los signos vitales de lena, mi papa dejo a las niñas con Sam para que las subiera a la recamara en lo que Kara, mama, papa, lex y yo nos dirigíamos a toda prisa con lena semi inconsciente a la camioneta

Cuando entramos al hospital de Midvile la estúpida de kate ya nos esperaba – doctora danvers, he acondicionado una sala de parto para subir a su nuera, tenemos dos enfermeros disponibles y el anestesiólogo esta por llegar, no pueden entrar todos a la sala– dijo la estúpida mirándome de reojo

–descuida, kara será la única que entre con nosotras, mi nuera apenas tiene las 33 semanas– mi madre se dirigió a mi – esperen en la sala por favor cariño, entrare solo con kara–

Abrace a mi hermana que parecía que le habían dicho que el planeta tierra estaba a punto de estallar –oye, todo va a estar bien kara, mama no va a dejar que nada le pase a lena o a tu bebe, necesito que mantengas la calma por los todos los que estamos aquí, tal vez lena y el bebe permanezcan por un tiempo aquí, así que debes de ser muy paciente ¿entendiste? – mi hermana solo asintió con los ojos idos y la cabeza en alguna parte –mantennos al tanto, haremos hasta lo imposible Kara –

–gracias– mi hermana volvió a abrazarme en lo que mama le ponía la cofia y la bata para ingresar con lena, vi como caminaba a paso rápido al lado de la camilla

La ultima vez que estuve en una sala de parto fue cuando recibí a mi hija Eliza.

Después de que kara se recupero de su cirugía, comenzamos a planear un viaje por todo estados unidos como se lo había prometido, no me mal interpreten no descuide a mi familia no hasta que Maggie me pidió un tiempo para pensar, las discusiones con Maggie eran muy a menudo, me empeñe por recuperar mi matrimonio pero lamentablemente mi esposa ya había dejado de amarme, lo presentía algo dentro de mi me decía que mi última esperanza de recuperar a mi mujer se murió el día que Maggie comenzó a tener salidas para distraerse, ella me decía que era por el embarazo pero la verdad era que ya tenia puestos los ojos en alguien mas, tomamos terapia de pareja, íbamos a los ejercicios de embarazo, los días martes de cada mes íbamos con la doctora kane para revisión de las semanas, fuimos a comprar las cosas para la llegada de nuestra hija y siempre la sorprendí mirando a la nada, nunca me di cuenta que ella ya no estaba.

Mi hermana y yo teníamos listas nuestras bicicletas, la mia era una ligera de ruta con 26 velocidades, con cuadro de aluminio y frenos de disco, la de kara era una bicicleta que lena le había enviado de Italia era una hermosa bicicleta de montaña con 28 velocidades, cuadro de titanio ligero y frenos de alta tecnología, claro que kara no sabia quien se la había enviado y yo tampoco lo supe hasta hace poco, siempre pensamos que era mama la que le daba esos lujos con tal de que se sintiera bien

Recorrimos las costas de Norteamérica desde nueva york hasta florida y después atravesamos estados unidos hasta california, subimos hasta Washington y de ahí continuamos atravesando los estados para regresar a Utah y todo eso en dos meses, cuando regrese, ya no se podía negar lo inminente.

Esa tarde Maggie venia llegando de hacer las compras, la vi salir del carro que habíamos comprado con nuestros ahorros con mucho esfuerzo, note que le costaba cargar una pequeña bolsa de con víveres – déjame ayudarte– a pesar de que sospechaba que Maggie ya estaba terminando con lo nuestro, no habíamos hablado de nuestra separación, no queríamos hacerlo hasta que eliza naciera, decidir donde iría a vivir, como repartiríamos nuestras cosas y que seria de mi hija, fueron las cosas mas difíciles de pensar en mi vida

–estoy bien– dijo resoplando dejándose caer en la isla de la cocina

–no lo estas, déjame llevarte con la doctora kane– dije sobando su pancita, mi hija estaba muy inquieta y Maggie acababa de cumplir las 41 semanas de gestación – iré por la maleta– habíamos planeado todo, todo lo que respecta a la llegada de mi hija, teníamos una recamara preparada a pesar de que nuestro futuro como familia era incierto, teníamos la maleta y las cosas de la nena, habíamos comprado pañales, leche y biberones como para un ejército y ropa como para el primer año

–mierda– Maggie se quejo cerrando los ojos y apretándome los hombros – no creo poder llegar al auto –

Kara llego después de ir a correr – ¿qué pasa Alex? ¿quieres que le hable a mama? –

–no kara, mejor ayúdame a llevar a Maggie al auto, tenemos que llegar al hospital de inmediato–

Cuando al fin llegamos al hospital Lucy iba saliendo para recibirnos – la doctora ya las espera, deberías de hablar con tu mama, revise el expediente de tu esposa y no tiene seguro medico desde que dejo el fbi, tal vez le pidan atenderse en otro lugar – gracias a que la esposa de jhonn era parte de médicos sin fronteras, varias veces Lucy había viajado con ella a África para atender a la gente sin recursos, en una de esas salidas había conocido a la doctora Kate Kane quien llego hasta Midvile siendo su pareja, pero ambas se separaron un año después, ninguna se imaginó la causa o el motivo real de su separación. En ese entonces lucy tenia poco de ir a vivir a la casa de la madre de Imra, no me imaginaba lo difícil que era ver a tu ex todos los días en el lugar donde trabajas.

–no hay problema, te daré mi póliza.... Ella aun es mi esposa– nuestro circulo mas cercano lo sabia, todos excepto mama y papa sabían que estábamos resolviendo todo para nuestra separación

Vi como lucy ingreso con Maggie en la silla de ruedas, kara y yo nos quedamos viendo la puerta hasta que lucy regreso por esta –¿qué esperas? ¿acaso no quieres recibir a tu bebe? – estaba petrificada, nos habíamos preparado para todo menos para ese momento

Cuando me coloque la bata y la cofia llegue junto a Maggie que ya estaba sobre la cama de atención – Maggie lo estás haciendo bien, sigue respirando igual, en unos momentos mas tendremos que comenzar a pujar– no paso desapercibido como la doctora le hablaba a mi aun esposa, tampoco como le tomaba la mano mientras ella se preparaba

Suspire para acercarme y alentarla, después de todo aun era mi amiga – estoy tan orgullosa de ti, lo vas a hacer muy bien– dije y vi de reojo como la doctora Kane se incomodo

–mmmhmmm las dejare a solas, bien hecho Margaret– otra vez su nombre de pila y ahora Maggie se dio cuenta de mi posición

–Alex yo....– dijo tratando de justificarse

–ssshhhttt no tienes porque decirme nada, lo hablaremos después– dije con lagrimas en los ojos, tal vez en otras circunstancias tendría que ser el dia mas hermoso de nuestras vidas pero ambas sabíamos que era mas que la despedida – tu pon todo de tu parte, yo estaré aquí siempre– y lo cumplí, a pesar de que un mes después comenzamos con el papeleo oficial de nuestro divorcio, nunca la deje que pasara los tiempos difíciles sola, había días que me quedaba con mi hija con tal de que ella y Kate se conocieran, dolía.... Dolía como el demonio haber aceptado que estaba enamorada de su doctora, pero estar con mi hija era mi salvación, lo supe en cuanto la tuve en mis brazos, supe que haría todo lo posible por ella.

–Alex.... Mi bebe ya nació– kara estaba con su cofia y su bata, había salido para avisarnos que a su bebe lo tenían en una incubadora y que era una bolita diminuta de color rosa, la vi un poco dubitativa, se sentía mal por lena, pero dentro de esa confusión su bebe le había dado una nueva esperanza – dice la doctora Kane que en unos momentos podemos pasar a verlo–

Mire a Kate que estaba a unos pasos de mí, me miro y asintió con una sonrisa, tal vez no era tan mala después de todo.

Un diván en mitad de MidvaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora