Un diván en mitad de Midvale

Capítulo 68 Dia de Feria

lena

–¡Ruby! ¡Eliza! por favor no corran lejos– Sam apenas y había aterrizado y ya les gritaba a sus pequeños gremblins en lo que mis suegros bajaban de su camioneta con algunos portafolios de kara para entregárnoslos

Habíamos llegado como los últimos dos años juntas a la feria anual de Utah ahora para apoyar a la exposición de artes de mi esposa y a la revista de Andrea además por supuesto del indiscutible e imperdible concurso de baile –Lory no te alejes o no te comprare dulces – amenace a mi hija que estaba a punto de salir disparada junto a las otras dos, kara bajo de nuestro Mustang un poco apretada por las cosas que traíamos con nosotras – amor creo que necesitaremos comprar un auto nuevo, ya no cabemos en este– dije saliendo del asiento del conductor sobándome un poco mi pancita – diablos– un retortijón me puso alerta no tardaron mas de dos segundos cuando kara ya estaba a mi lado apoyándome

–deberíamos de regresar– pidió mi angustiada esposa subiendo a nuestro hijo en su canguro

–kara, apenas tengo cinco meses– aunque a veces no podía soportar el peso en mi pancita no creo que mis pequeños estuvieran fraguando una rebelión para salir pronto – estos niños van a estar aquí por un tiempo, espero tener las fuerzas de hacerlo de la manera correcta –

–sabias que después de tener a Josh por medio de cesárea es muy probable que tengan que abrirte de nueva cuenta– dijo Alex asustándome un poco con sus cosas médicas mientras caminábamos a nuestros lugares – por primera vez estoy de acuerdo con kara, creo que no debiste venir..... Josh fue prematuro y los trillizos puede que lo sean – no quería perdérmelo, aparte de las fantásticas fotos de mi esposa, se añadió a la revista una entrevista conmigo haciéndome llover un sin fin de propuestas de trabajo y otra con fotos del escuadrón de bomberos, pero no era cualquier foto, eran fotos tamaño poster en posiciones muy sexys, ya se me había ocurrido algo parecido con tal de ayudar a Andrea a obtener sus ganancias y a mi esposa claro está, pero solo me dispuse a dar mi punto de vista sin robarte toda la atención

–me gustaría que mi madre estuviera cerca cariño– dijo kara, resople mirando de reojo a Alex, me sentía muy bien, aunque un poco cansada

–no me pasa nada amor, estaba un poco incomoda dentro.... ¿Podemos ir ya a nuestros lugares? – como era de esperarse Andrea organizo una pequeña firma de autógrafos al lado de la pequeña exhibición de kara –te diré que haremos.... Iremos unas dos horas y después iremos a comer algo para luego cerrar en tu exposición– no vi muy convencida a kara – mira, Lory y tus padres ni siquiera están cerca ya deben de estar subiéndose a uno de los juegos–

–mi dios, ¡Ruby y Eliza no están! – dijo Sam tomándose la cabeza, había una probabilidad de que estuvieran con mis suegros u otra muy grande que estuvieran trepadas en algún puesto de comida

Alex ni siquiera se inmuto, pero kara estaba mas que preocupada – espera....– dijo ella viendo su celular – están por allá– señalo comenzando a buscar entre la marabunta de personas

–¡Alexandra danvers! – grito Sam indignada – ¿le pusiste un GPS a tu hija? – los brazos de mi amiga estaban en jarras, creo que estaba algo molesta –¿Cómo no se me había ocurrido? – bueno, nada es lo que parece

–es un dispositivo que creó Winn y brainy, es como el que usan los perritos.... Oh miren ahí están, y están con mis padres así que no hay de que preocuparse– contesto mi cuñada guardando su celular

–¿Cómo qué no? Tus padres no podrán con esos monstruillos– le dije – ¿los vas a dejar solos con esos gremblins? –

–mis padres ya están curtidos para esas cosas, solo míralos son unos dulces pastelitos...– las niñas se veían tan tranquilas paseando de las manos de sus abuelos que no te creías que una semana antes habían sacado a Tobey de su establo para meterlo a la casa para que comiera, lamentablemente acabo con toda la despensa de Eliza así que kara y yo tuvimos que reponer todo lo que se habían comido en su cocina – Pobre de ti que tienes que ocuparte de esos dos – kara y Josh se habían quedado unos pasos atrás mirando un puesto de donas de glaseado de colores, ambos miraban como una de las señoras embarraba las donitas de azúcar al mismo tiempo que mi hijo y mi esposa babeaban