Reina Elfo-ELVENQUEEN[crossover]

El retorno de la reina (parte 2)

El regreso de la reina (parte 2)

Fue solo a través del Gran Ojo que Hermione vio lo que sucedió. Su cuerpo físico se retorcía en el suelo del bosque, sangre y alquitrán negro rezumando del rayo en su frente y sellando sus ojos cerrados; sus músculos bloqueados en un rictus de dolor.

El Nazgul levantó su espada con un grito espantoso arrancado de su garganta, el sonido de un alma perdida hace mucho tiempo.

La espada de Glorfindel se encontró con la del espectro y lo obligó a retroceder. Luego intercambiaron golpes de nuevo y trabaron espadas, hoja contra hoja, Glorfindel apretando los dientes por el esfuerzo. La llama sagrada comienza a arrastrarse desde la espada del ellon hasta la del espectro y el espectro se encogió. Su hoja se deslizó, en ese segundo de debilidad, Glorfindel clavó el pomo de su espada en la mano del espectro obligándolo a soltar su arma.

Siseando, el espectro soltó la hoja tocada por la llama sagrada y se lanzó alrededor de Glorfindel, inclinándose para recoger algo del suelo.

Fue el martillo de guerra que se utilizó para romper el ancla de la sala.

Los siguientes momentos fueron borrosos.

El Nazgul se lanzó hacia adelante, pero no hacia Glorfindel. No, su capa negra flameando detrás de él como alas de cuervo, se abalanzó sobre la forma indefensa de Hermione. Esforzándose, Hermione trató de abrir los ojos. Trató de dejar atrás el dolor y levantarse, trató de salir de la visión del Gran Ojo, trató de abrir sus malditos ojos , pero solo logró darse la vuelta. No queriendo ver lo que estaba a punto de suceder, Hermione se forzó en la otra dirección y tomó el control del Gran Ojo, enviándolo a otro giro vertiginoso.

Cuando Sauron le arrebató el control y volvió a enfocar el Ojo, su cuerpo había sido arrastrado unos metros, pero Glorfindel estaba una vez más de pie entre ella y el espectro.

«Asesino de Balrog» , Sauron hervía de odio, enviando serpientes de agonía por su espalda. Hermione podía ver sus propios dedos temblar.

Con uno de sus espeluznantes chillidos, el espectro se lanzó sobre Glorfindel.

El elfo salió. El martillo del Nazgul enterró su borde en el costado de un árbol caído, tambaleándose cuando Glorfindel le dio un golpe con el pomo en la parte posterior de su cabeza, la llama sagrada imbuyó su espada con el poder de dañar al espectro porque ahora era tanto un arma espiritual como lo era físico.

El espectro se lanzó hacia adelante, algo húmedo y negro estalló en la parte posterior de su cabeza y luego se evaporó en una niebla maloliente.

Glorfindel lo seguía de cerca, pero el espectro se negó a ser tomado así, a fallarle al Señor Oscuro a quien Hermione podía escuchar susurrando insidiosos ánimos. El Nazgul se incorporó, con las manos enroscadas alrededor del mango del martillo. Dando vueltas, esquivó a Glorfindel cuando el elfo se abalanzó sobre él. Agachándose y cayendo sobre una rodilla, golpeó la cabeza del martillo contra el costado del muslo de Glorfindel.

Glorfindel gritó y tropezó, a través del golpe fue embotado por las capas de su armadura, y solo tardó un segundo en recuperarse antes de que su espada estuviera firme en sus manos. Tomando una respiración profunda se lanzó nuevamente, conduciendo su espada sagrada hacia la garganta del Nazgul. El espectro lo atrapó con el mango del martillo, empujando hacia atrás, siseando ante el lamido de las llamas. Glorfindel dio un paso atrás, con cuidado, siempre consciente de su juego de pies, permitiendo que el espectro lo hiciera retroceder.