XVIII. Nuevas ¿experiencias?

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Emily

— ¡Siempre te he advertido que con mis amigos no! — me grita Matt

— Déjame explicarme — trato de explicarme pero ni siquiera me escucha.

— Ahora me avisarás cada vez que salgas — dictamina

— Pero — no me deja terminar.

— No ni peros ni nada, me dirás con quien sales y a donde.

— No — me niego y antes de que pueda contestar llega mamá.

— ¿Qué pasa chicos? — pregunta mientras cierra la puerta y deja el bolso en el sofá — se os escucha desde fuera.

— Matt me está atacando sin escucharme.

— No — se interpone él — siempre le he advertido que con mis amigos no tiene que ir, pero ella coje y se va con uno, todo el fin de semana.

— ¿Es verdad Em? — me pregunta mamá confundida y yo siento cómo se me forma un nudo en la garganta.

— Si, pero mamá te juro que tiene una explicación.

— Tranquila, ya lo me contarás luego y tu Matt deja de gritarle, tal vez este amigo valga la pena o quiera algo en serio — mamá trata de calmar el ambiente.

— No ese no — dice Matt con rabia.

— ¿Aver dime quien es? Yo conozco a todos tus amigos, tal vez solo te lo parece a ti

— Eiden Walsh — suelta para luego salir de casa enfadado. En mi interior deseo y pido que Matt no le haga nada a Eiden, no se lo merece y yo se de lo que es capaz de hacer mi hermano.

— Emily — dice mi madre, ella nunca me llama por mi nombre solo en el caso de estar enfadada. Me giro hacia ella, la sonrisa que reinaba en su cara desapareció y eso me preocupa.

— ¡No quiero que te juntes con ninguno de los Walsh! — me grita.

— ¿Pero qué os pasa con ellos? — digo con lágrimas ya acomuladas en mis ojos.

— No es asunto tuyo — hace una breve pausa — no son buenos para ti, ninguno de ellos.

Dicho esto se va a la cocina, dejándome sola en el salón. Subo a mi habitación y me encierro. No entiendo este odio hacia los Walsh sobre todo hacia Eiden, vale puede que sea un chico en el que no deba confiar, que me lo diga Matt lo entiendo pero mamá.

Justo hoy cuando me sentía bien, cuando me he recuperado y he disfrutado de un fin de semana, mi hermano se entera y me amarga el resto del día. Me paso todo el día en la cama, amargada y pensando en cómo es que Matt se ha enterado.

Me llaman para comer pero no bajo, en estos momentos son los últimos seres en el mundo a los que quiero ver. Diana también me llama y me envía mensajes pero ni siquiera me inmuto para leerlos. Por la noche mi móvil empieza a sonar y no para, no sé de dónde saco las fuerzas para contestar.

— Si — digo con voz somnolienta .

— ¿Estás bien? — escucho a la última voz que me esperaba. Me levanto de repente aclarando mi garganta.

— Si ¿por qué? — pregunto con rareza, nunca me ha llamado y menos para preguntarme que cómo estoy no es típico de él, que digamos.

— Por nada... para saber — meinte. En qué momento Eiden se pararía a pensar en mi estado si no es que se ha enterado de algo.

— Mientes

— ¿Como? — pregunta confundido.

— ¿Qué ha pasado? — le digo sin rodeos

AMBIVALENCIA (TERMINADA) (en edición) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora