El cine

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extra

Mila

Ya es sábado y junto a Eros iremos al cine a ver una película clásica, precisamente una inspirada en la historia de Eros y Psique.

Mientras decido que ponerme llamo a Emily para que me ayude a escoger, pero después de un par de pitidos recuerdo que junto a Eiden se fueron a una cita y cuelgo la llamada. Me alegra ver que lentamente vayan admitiendo inconscientemente el amor que se tienen y no lo nieguen como hacían al principio.

Hace frio asi que decido ponerme una jersey marrón con unos vaqueros negros y una chaqueta que abriga. Me pongo un poco de maquillaje para tapar las pequeñas imperfecciones y cuando estoy a punto de terminar me llega un mensaje de Eros, avisando que ya está aquí. Cojo rápido mi bolso y bajo rápido a la planta de abajo, no hay nadie en casa, todos están ocupados con el trabajo.

— Pequeña — dice Eros al verme y corro a abrazarlo, me siento tan bien junto a él. Cuando nos separamos me da un tierno beso en los labios y muero de amor. Oficialmente estamos saliendo, obviamente no lo vamos anunciando por allí pero si nos preguntan no lo negamos.

— ¿Y las bicicletas? — pregunto curiosa. Hemos decidido dar un paseo en las típicas bicicletas que se alquilan antes de ir al cine.

— Están en la puerta — dice agarrándome de la mano — Vamos — después de caminar por el largo camino llegamos a la puerta principal y el guardia nos la abre deseándonos un buen día.

Damos un tranquilo paseo con las bicicletas mientras nos reímos y contamos cosas del pasado.

— ¡Ya hemos llegado! — exclama Eros. Bajamos de las bicicletas y las dejamos aparcadas al lado de la puerta del cine. Le enseñamos las entradas al portero y este con una sonrisa nos dice cual es la sala a la que tenemos que ir.

Agarrados de la mano entramos al cine pero antes le pido a Eros pasar a comprar palomitas y refrescos. Mientras hacemos cola dos chicas se acercan a nosotros y se quedan viendo a Eros.

— Perdón — se dirige a Eros una chica morena con una larga melena.

— Si — contesta el inocente de Eros. No seas una celosa tóxica, me repito, pero para no serlo delante de esta hermosa chica.

— ¿Nos podrías sacar una foto? — le pide a Eros y este asiente siguiendolas. De mientras yo me quedo mirándolos desde lejos.

— ¿Qué desea señorita? — me pregunta la amable chica pero no le hago caso. Sigo viendo a las chicas posando como modelos delante de un poster y Eros sacándoles fotos.

— Oye, señorita — dice otra vez, pero ahora con un tono más elevado queriendo llamar mi atención.

— Si, perdón — me giro hacia ella.

— ¿Qué desea? — epite fingiendo una sonrisa.

— Dos paquetes de palomitas, dos refrescos — suspiro y me giro a verlos aun haciendo fotos — ¿Tenéis barritas de chocolate con caramelo? y ¿golosinas? - digo sin despegar la mirada.

— Si

— Entonces también las quiero — me giro a su dirección y asiente mirándome con una cara rara pero no le hago caso. Noto los brazos de alguien alrededor de mi cintura, es Eros, pero no me giro. Empieza a darme besos en el cuello para luego posar su cabeza en hueco, haciendo que mi temperatura aumente significativamente. Después de estar así un rato llega la chica con una bandeja llena de cosas y saco la billetera para pagar.

— ¿Vamos a comer todo esto? — pregunta Eros asombrado mientras coge la bandeja.

— De repente me ha entrado hambre — trato de excusarme — además la película dura mucho. — No me contesta solo se echa a reír y juntos nos dirigimos a la sala.

Cuando ya estamos sentados, Eros me aparta unos mechones de pelo de mi rostro y susurra cerca de mis labios.

— Eres la única a la que quiero — sonrió en respuesta.

— Y tú el único al que quiero — le susurro lo mismo y él también sonríe. Me besa suavemente y me acaricia la mejilla para después separarse de mí y abrazarme, apretandome a su pecho. Es el único lugar donde me siento tranquila y en paz, estando a su lado.

De repente se apagan las luces dando inicio a la película.

Psique es el nombre de un personaje mitológico que está indisolublemente unido a Eros, el dios del amor. Eros y Psique nos recuerdan que no hay belleza sin amor en la mirada del que contempla. A través de ella modelamos lo que somos y condicionamos el mundo que pisamos. Una lucha por el amor y la confianza, juntando, el poder sobrecogedor del amor y las almas.

AMBIVALENCIA (TERMINADA) (en edición) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora