XXV. El secreto

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Eiden

Me quedo viendo como Emily se aleja y cierro la puerta con una sensación rara en el cuerpo. Antes de subir a mi habitación escucho voces que provienen del despacho de mi padre y me acerco con cautela. La misma escena de hace años, la puerta se encuentra entreabierta con una mujer de pie enfrente de mi padre pero esta vez no están haciendo lo esperado sino que están discutiendo. Me acerco y miro por la abertura de la puerta, es la madre de Emily.

— Por favor, vuelve conmigo — le pide mi padre.

— ¿Estás loco? Pensé que me habías llamado para hablar sobre lo de nuestros hijos pero veo que no — coge el bolso del sillón - que decepción - le lanza en la cara y ya dispuesta a irse mi padre la coge de la muñeca.

— Lo he matado, por nosotros — suelta con voz de súplica.

— ¿Qué? — la madre de Emily suelta su bolso para luego taparse la boca con la mano.

— No fue un accidente — hace una breve pausa — él era un trabajador en una de nuestras empresas y no soportaba verte junto a otro que no sea yo.

— ¡Zas! — una bofetada impacta en la cara de mi padre. Aún en shock no se que hacer ni qué decir abro la puerta entreabierta y me quedo parado pasmado en la entrada. La madre de Emily se gira al escuchar el sonido y me encuentro con una cara llena de dolor, decepción y lágrimas. Él causante de su dolor y el de Em era mi padre, Harry Walsh y yo era su hijo.

La madre al verme coje temblando su bolso del suelo y sale con una mirada perdida por la puerta. Quería seguirla, consolarla y estar para ella, al fin y al cabo era la madre de Emily pero también lo era para mi siempre me trataba como si fuera un hijo más en la familia. Pero la rabia que sentía en ese momento era superior a cualquier cosa.

— ¡Animal! — le grito a mi padre mientras me acerco a él. — Escoria humana, ¡¿cómo has podido destruir a una familia?!

— No es de tu incumbencia — me espeta mientras se acerca a mi.

— Te equivocas — sin dejarle un segundo de reacción me lanzo encima de él tirándolo encima de su escritorio y empiezo a proporcionarle puños en la cara.

— ¡¿Te duele?! — paro cuando veo que tiene sangre — ¡Contestaaa! Este puto dolor no es nada comparado con lo que le has causado a esa famila. — Alzó la mano para darle otro puño pero este me da uno en las costillas. Por el dolor aligero el agarre y aprovecha para empujarme lejos de él. Escupe sangre a un lado y me vuelve a mirar.

— Tienes dos opciones — suelto una carcajada en respuesta.

— No estás en condiciones y no lo estarás dentro de mucho — vuelvo a lanzarme hacia él pero antes de darle un puño este habla.

— O dejas de salir con esa chica y vas al ejercito.

— ¡¿O qué, me matarás?! Adelante, no sería tu primera vez — alzó los brazos al aire.

— A ti no, a ella — por un momento siento que se me para el mundo y olvido donde estoy. Un pitido empieza a sonar en mis orejas y la rabia aumenta en mi cuerpo. — Sabes que soy capaz, será un accidente, como el de su padre — sonríe con malicia. Nunca pensé que lo llegaría a odiar más de lo que ya lo hacía pero me equivocaba y mucho. Niego con la cabeza.

— No, no lo haras — las lágrimas de rabia me traicionan y se acomulan en mis ojos — ¡No te lo permitiré! — se acerca a mí y me saca el móvil del bolsillo.

— La llamarás y la verás ahora — niego con la cabeza — Eiden, hijo ...

— ¡No me llames hijo! — grito tan fuerte que hasta a mi me da miedo mi propia voz.

— Si no me haces caso lo haré, es más, con una llamada hoy se termina todo. — Temblando le quito el móvil de la mano y marco el número de Emily.

— Hola— escucho su alegre voz en la otra línea del móvil y aclaro mi garganta antes de contestar.

— ¿Has llegado a casa?

— No aun no, estoy en el sitio donde he quedado con Diana ¿por que?

— Mandame la ubicación ahora voy.

— Eiden, ¿está todo bien? — me pregunta con preocupación y se me forma un nudo en la garganta.

Cuelgo la llamada sin siquiera responder a su pregunta, nada está bien todo está mal incluso más de lo que algún día me habría imaginado.

Salgo del asqueroso despacho para coger las llaves de la moto e ir a donde se encuentra Emily.

AMBIVALENCIA (TERMINADA) (en edición) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora