XXII

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Parte 2

Emily

— Tengo hambre — me giro hacia Eiden. Llevamos un rato caminando, hemos hecho un tour por el pueblo y no hemos descansado en ningún momento.

— ¿Qué te apetece?

— Algo frío que hace mucho calor — me quejo. No me responde, me coge de la mano y entrelaza nuestros dedos. Mientras me arrastra observo nuestras manos entrelazadas, por primera vez siento que lo hace porque realmente quiere y no por tener que fingir, aquí nadie nos conoce aquí.

Damos vueltas por los pequeños callejones blancos hasta llegar a lo que parece ser una librería y nos paramos enfrente.

— Me gustan los libros pero no tengo intención de comérmelos — digo con el ceño fruncido. Eiden me mira para luego sonreír y pellizcarme la nariz.

Me lleva junto a él a lo que parece ser una librería y al entrar me quedo asombrada dándome cuenta de que no es realmente lo que creía que era, bueno por una parte si. La tienda estaba llena de estanterías con todo tipo de libros y en el centro hay mesas de dos.

— Que alegría me da verlo de nuevo aquí — dice la que parece ser la encargada de este sitio. Eiden sonríe en respuesta y verlo sonreír genuinamente me provoca una sonrisa a mi también.

— ¿El sitio de siempre? — le pregunta y Eiden asiente. Nos acompaña una camarera a lo que parece ser un patio exterior pero aislado del resto con unas paredes de vidrio. Antes de abrir la puerta le pido a la acompañante que me enseñe dónde está el baño y esta decide acompañarme dejando a Eiden dentro del patio.

— ¿Estáis juntos? - me pregunta algo emocionada

— ¿Por qué?

— Por la forma en que os miráis lo parece. — Sonrío en respuesta y añade — pero cómo has conocido al dueño?

— ¿Qué dueño? — frunzo el ceño.

— Eiden Walsh ¿es el que estaba contigo verdad?

— Si, pero ¿ de que es dueño ? — vuelvo a preguntar más confundida que antes.

— El dueño de este local o librería o como quieras llamarlo — ante la respuesta me quedo anonadada sin poder formular una respuesta.

— Aquí está el baño — me saca del trance y le sonrío como agradecimiento.

Entro al baño desconcertada, me echo agua en la cara y cuello para entrar en razón. Si ahora me viera Diana diría que solo estoy exagerando, me viene a la mente mi mejor amiga pero luego recuerdo lo que pasó.

Decido soltarme el pelo porque se que más tarde me arrepentiré de la marca que deja la goma en el pelo, más vale prevenir que arriesgar. Me peino un poco con la mano y lo dejo caer encima de mis hombros. Inhaló profundamente antes de salir del baño y fingir no saber que el dueño de la cafetería es Eiden.

Vuelvo a la hermoso jardín o mejor dicho cúpula y antes de entrar veo a Eiden sentado con un libro en la mano. A medida que me voy acercando a él veo lo que hay en la mesa. Dos cafés y tres porciones de pastel.

— Ya estás aquí — dice aun con la mirada fija en el libro. Me siento sin responderle y solo me limito a observarlo.

— ¿Todo bien?— cierra el libro de golpe dejándolo a un lado de la mesa.

— Si — me entra la curiosidad como siempre y decido preguntarle sobre el libro — ¿que leías?

— Un libro — me mira a los ojos, en respuesta entorno los míos para luego mirar hacia abajo.

AMBIVALENCIA (TERMINADA) (en edición) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora