VI. El apartamento

203 11 3
                                    

Emily

- Ya hemos llegado - avisa Diana estacionando el coche.

Salgo del coche con Asher abrazándome, sin duda alguna él está peor que yo . Aunque no niego el hecho de que ya estoy empezando a notar los efectos del alcohol iniciando con el aumento gradual de mi temperatura corporal.

- No serás tú la diosa Afrodita - me coje de la cara - porque si es así te dejo violarme - suelto una carcajada al escuchar sus delirios .

- Vamos Asher tenemos que entrar.

- Solo con una condición - protesta.

- ¿Cuál?

- Prométeme que cumplirás pero no te la diré.

- Vale haré lo que quieras solo entra - prefiero dejarlo estar, viendo el estado en el que se encuentra no sabe ni lo que dice.

Nos encontramos todos enfrente de los altos y glamurosos apartamentos de Richard Meier, por poco y se me descuelga la mandíbula. Este sitio cuesta más que mi vida básicamente ya que está situado en la parte más rica de la ciudad. No creo que Asher viva aquí, apuesto mi mano que al estar borracho se habrá equivocado.

Error, si vive aquí, me doy cuenta cuando entramos al edificio y allí es cuando me quedo anonadada. Elegantes lámparas araña cuelgan dándole una luz espléndida a la gran sala lúcida con glamurosos detalles dorados, nos dirigimos a los ascensores y como era de esperarse hay más de tres.

- ¡Hermano, ten! - Asher le lanza las llaves a Eiden cuando nos encontramos enfrente de la puerta de su apartamento. Este las coje de mala gana lanzándome una mirada de desdén.

¿Hermanos? A estas alturas de la noche me entero que estos dos son hermanos, en realidad debí de haberme dado cuenta desde un principio, porque a decir verdad algunos de sus rasgos faciales se asemejan.

Entramos al espacioso apartamento y todos caímos desplomados en los sofás. Me suelto de los brazos de Asher con dificultad y me dirijo a la cocina en busca de un vaso de agua. La temperatura de mi cuerpo sigue aumentando provocando en mí altas ganas de quitarme el vestido y tirarme a la piscina que se encuentra en la terraza.

El agua no alivia el ardor y solo encuentro una única solución para apagar este deseo lujurioso. Tomo un cubito de hielo, me aparto el cabello a un lado y me lo paso por la nuca, el cuello y alrededor de los pechos refrescando las zonas más ardientes, todo seguido me lo meto en la boca. Inconscientemente lo saco descaradamente imaginándome en una de esas escenas eróticas donde la dama seduce al mafioso para sus beneficios, pero me doy cuenta de una mirada sobre mí y dejo el lascivioso pensamiento de lado. Me giro tratando de ignorar lo ocurrido, siento como la temperatura me sube a los cachetes haciéndolos arder al encontrarme con la mirada de los oscuros ojos esmeralda sobre mí.

Trato de recomponer la postura y me bebo otro vaso de agua evitando lo sucedido, al terminar me giro para unirme con los chicos pero me encuentro solo con Max en medio de la sala vacía dormido en el sofá-cama. Como se atreven a dejarme e irse sin avisar, avanzo hacia los pasillos mientras les maldigo en mis adentros.

Me dirijo a las habitaciones, abro la primera puerta y me encuentro la enésima sorpresa de la noche Asher, Diana y Eros dormidos en una cama doble. Tratando de asimilar el shock abro la puerta de al lado volviendo a encontrarme con Owen, Matt y Zac. ¡Esta noche promete chicos! delante de semejante situación río en mis adentros para no despertar a nadie.

La risa se desvanece al darme cuenta que solo falta una última puerta, un escalofrío me recorre la espalda, porque deduzco quien se encuentra ahí dentro. Mis piernas se dirigen a la habitación sin control alguno negándome la opción de dar marcha atrás y salvar mi pobre alma. ¡Maldita sea! no tenía que haber bebido, por lo que parece que el alcohol y yo no vamos de la mano.

AMBIVALENCIA (TERMINADA) (en edición) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora