XXI. La sorpresa

58 4 0
                                    

Parte 1

Emily

— ¿Y qué sientes? — Mila pregunta curiosa. Pienso durante un rato pero no obtengo una respuesta clara y precisa.

— No lo sé — tal vez no estoy preparada para decirlo. Es la hora del recreo y me encuentro junto a Mila sentada en la cafetería. Hemos pasado el rato hablando de su relación con Eros y lo bien que lo están llevando, me ha contado sobre las varias citas que han tenido y eso realmente me ha hecho estar muy feliz por ellos.

— Entonces vamos a averiguarlo.

— ¿Como?

— Voy a hacerte preguntas y dependiendo de tu respuesta, llegaremos a una conclusión u a otra. — Asiento.

— Vale, empiezo — me avisa y asiento colocando mis manos encima de la mesa — ¿Estás nerviosa cuando estás con él?

— ¿A qué te refieres?

— Como si sintieras algo raro en tu barriga — asiento en respuesta — ¿Y cuando te pasa, siempre?

— Cuando pasa algo relacionado con él.

— Y cuando te sientes sola, ¿dónde te gustaría estar? — ni siquiera dudo un segundo.

— Con él — sonríe en respuesta y me tapo la boca sorprendida como si hubiera dicho algún secreto.

— Creo que no hace falta que siga con las preguntas.

— Pero ...

— Te gusta y lo sabes, pero tienes miedo. Y eso es algo normal pero aun así tenéis que sinceraros y soltar lo que sentís.

— No entiendo — realmente no lo entendía, acaso sabía que todo era falso.

— ¿Realmente os queréis o solo es algo pasajero?

— No lo sé — esta pregunta ha hecho que empiece a plantearme cosas, realmente Eiden estaba fingiendo y todo lo que hacía o decía era parte de su papel. Acaso fui yo la estúpida que cayó en sus redes sin siquiera razonar y plantear que realmente Eiden podría estar jugando.

— Averígualo — con cada respuesta que me da me hace pensar más en ello. Asiento sin responder y juntas nos dirigimos a nuestras clases.

Entro a clase y me siento junto a Eros, parece que Eiden llegará tarde y prefiero evitarlo durante un rato, al menos hasta aclarar mis ideas. Le doy un abrazo a Eros y luego me quedo acostada en su hombro.

— ¿Todo bien? — pregunta sin moverse.

— No lo sé — suelto el largo suspiro que contenía desde hace rato.

— A ver cuéntame qué te pasa — empieza a pasarme la mano por el pelo haciendo que mis ojos se cierren inmediatamente.

— Solo sé que tengo miedo — vuelvo a suspirar con los ojos aun cerrados.

— ¿De que?

— De sentir — hago una pausa — de sentir algo por Eiden — abro los ojos después de soltarlo y me encuentro con la mirada de Eiden. Se encuentra parado en la puerta, mirándonos a los dos.

— ¡Buenos días chicos! — entra el profesor de biología. Me levanto rápido y me concentro en el libro de enfrente sin levantar la vista.

— Luego hablamos — me susurra Eros en el oído.

Durante toda la hora no he podido concentrarme lo suficiente en la materia. Cuando al fin sonó el timbre empecé a recoger las cosas rápidamente y me dirigí a la salida evitando a todo el mundo.

AMBIVALENCIA (TERMINADA) (en edición) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora