Capítulo 14

301 55 122
                                    

La pelinegra se encontraba merodeando el pueblo en busca de la Madrigal.

Estaba a nada de darse por vencida cuando pudo ver al menor de la familia junto a otros niños.

—¡Ellie, Ellie! —el pequeño se acercó corriendo a la chica.

—Toñito, ¿cómo estás?

—¡Bien! ¿Cómo tás tú, Ellie? —se puso el lado de la fémina— Miren, miren, ella es mi cuñada —habló con orgullo mientras la señalaba con su dedo índice.

—Es muy linda.

—Es verdad —otro niño que estaba allí concordó.

La chica sonrío levemente hacia ellos, y luego le habló al chiquillo de rizos oscuros.

—Oye, Toñito —la de ojos café se agachó a la altura del pequeño—, ¿Camilo te dijo eso?

—Sí, digo no... —tapó su boca con ambas manos, luego las sacó y formó un puchero— Milo me dijo que no te dijera nada.

—No te preocupes, no le diré al respecto.

—¡Gracias, Ellie!

El infante abrazó feliz a la adolescente.

—Por cierto, ¿has visto a Isa?

—Sí, está con Mirabel en esa tienda.

—Bien, gracias, Toñito. Nos vemos en Casita.

La joven entró al local donde le había indicado y efectivamente, allí estaban las dos Madrigal.

—Isa, Mira.

—Ellie, hola —ambas saludaron a la que recién acababa de llegar.

—No quería interrumpir, pero Teff necesita tu ayuda con algo.

—Justo estábamos terminando, si puedes esperar un poco, sería genial.

La pelinegra asintió y esperó pacientemente. Las muchachas no tardaron mucho; estaban comprando algunos accesorios para que la cumpleañera los usara esa noche.

Se llevaron a Antonio con ellas y en el camino de regreso a Casita, Ellie le explicó a Isabella específicamente que tenía que hacer, aunque primero debía verse con Teff. Le dijo que ella podía ayudar a Mirabel y así fue. Ambas adolescentes ingresaron al hogar de los Madrigal junto con el niño, y subieron a la habitación de la de gafas.

—¿Qué es lo que te pondrás hoy?

La de cabello medio rizado sacó un vestido color rojo vino con flores blancas y unos zapatos de piso a juego.

—Isa dijo que me vería bien con esto.

—Son muy lindos.

—Primero debo bañarme, estuve todo el día fuera.

—Bueno, te espero aquí.

La de lentes entró a su baño y estuvo allí dentro unos treinta minutos, hasta que salió vestida y secándose el cabello.

—¿Qué tal me veo? —giró sobre su propio eje, haciendo que el largo del vestido se levantara un poco.

—Creo que Teff se desmayaría.

—¿De buena o mala manera?

—De buena manera, claramente. Te ves muy linda, créeme.

𝗧𝗛𝗜𝗦 𝗦𝗜𝗗𝗘 𝗢𝗙 𝗣𝗔𝗥𝗔𝗗𝗜𝗦𝗘 | 𝗖𝗮𝗺𝗶𝗹𝗼 𝗠𝗮𝗱𝗿𝗶𝗴𝗮𝗹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora