Capítulo veinticinco.

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El día de la fiesta llegó demasiado rápido, ella no tenía mucha ropa bonita, pero decidió usar el bonito vestido que Frank le había regalado, se arregló tanto como pudo, no usaba maquillaje así que sólo se puso un poco de brillo para labios. Arregló a sus gemelos, ambos pequeños se veían realmente hermosos, sus ojos en verdad los hacían lucir como un par de ángeles.

— ¿Todo listo? —preguntó Frank, el hombre se veía y olía verdaderamente bien, el negro le sentaba bien, su camisa de manga larga lo hacía ver... —¿Todo bien? —preguntó el chico, podía escuchar el coqueteo en su voz.

— Sí, es... te ves muy guapo.

Frank sonrió.

— No más que tú.

Se acercó a darle un beso en la frente.

— ¿En verdad Isaac y Alice van a ir?

— Bueno, ellos van a ver a Micah, no a Marcus, así que...

Asintió, esperaba que no fuera algo incómodo para su amiga y, sobre todo, para Isaac y Micah, sería algo demasiado malo que su cumpleaños se arruinara por una pelea.

Bajaron a la sala de estar, Alice se veía verdaderamente hermosa al igual que Lia y Lisa, las pequeñas vestían unos vestidos lilas a juego, Lia estaba en los brazos de Chris, la pequeña lo miraba como si fuese el hombre más guapo del mundo, y, aunque Frank era el primero, Chris también era demasiado guapo.

El camino al rancho Triple M había sido tranquilo, aunque ella no podía dejar de pensar en cuál iba a ser la reacción de Malik al verla, ¿La odiaría? Ella lo había dejado y se había ido sin más cuando él estaba pasando por una situación horrible, no tenía ni si quiera la cara para acercarse a él, sobre todo no sabía si Malik la quería cerca o no.

Observó el enorme terreno en el que estaba el rancho, ellos tenían que conducir por más de cinco minutos para llegar a la enorme casa en el rancho, y eso no era ni la cuarta parte de todas las hectáreas que cubrían la propiedad de Joshua, era un lugar muy bonito.

Fue este mismo quien los esperó en la entrada de la casa y ella jamás se cansaría de ver lo guapo que en verdad era el hombre, tan maduro, bien parecido y con un cuerpo de infarto, además de una personalidad encantadora; ¿Cómo era que no se había conseguido otra pareja después de la muerte de su esposa? Ninguna mujer podría resistirse a sus encantos, lo sospechaba.

— ¿Llegamos muy temprano? —preguntó Gerard mientras le daba un abrazo, pudo escuchar el sonido de las palmas de sus manos contra sus espaldas.

— Justo a tiempo.

Joshua saludó a todos y cada uno de los hijos de Gerard.

— Me alegro mucho que hayan venido —les dijo a Isaac y a Alice, Lia inmediatamente lo vio, extendió sus brazos hacia él.

Este la cargó felizmente mientras los dirigía hacia el enorme patio de la casa donde pudo ver a toda la familia Anderson, ellos bebían, había otros hombres que sospechaba que eran compañeros o amigos de los chicos, pero, sólo había tres mujeres, por lo menos adultas; Alice, Luna y ella.

Su estómago se hizo un nudo cuando vio a Malik en una silla de ruedas a un lado de donde se encontraba Mael, el chico se veía cabizbajo, podía ver dolor y cansancio en sus ojos, parecía estar molesto, ¿Estaría molesto con ella?

— Tus gemelos son hermosos —dijo Micah, sacándola de sus pensamientos.

— Muchas gracias.

Micah le sonrió.

— ¿Puedo?

Asintió, el ver al gran hombre cargando a uno de sus pequeños bebés, era algo enternecedor.

K E L L Y  #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora