Capítulo cuatro.

51 7 9
                                    

Entró en su casa después de las nueve de la noche, vio a su padre sentado en la mesa, el hombre bebía mientras parecía verse perdido en sus pensamientos. No dijo nada, caminó directamente hacia las escaleras, algo se sentía mal y ella quería huir antes de que las cosas se complicaran, acababa de pasar un buen momento, uno de los mejores de su vida, no quería que nada lo arruinara, sobre todo no su padre.

Pero, cuando su pie tocó el primer escalón, la ronca voz de su padre la hizo detenerse en seco.

— ¿En dónde estabas? —le preguntó.

— Trabajando en el rancho de los Bisen.

Él asintió, dando un trago a su cerveza. Escuchó el sonido de las ambulancias acercándose y por fin deteniéndose en su casa, su corazón comenzó a latir con fuerza, ella le temía a esos sonidos, ambulancias, bomberos, policías, todas esas personas que jamás le habían ayudado cuando ella lo necesitaba. Escuchó un par de toques en su puerta.

— Abre —le ordenó su padre.

Se encaminó hacia la puerta, cuando abrió vio a un médico escoltado por dos paramédicos.

— ¿La casa del señor Arthur Roberts?

Se hizo a un lado cuando su padre se acercó y recibió al médico, los vio subir por las escaleras, se quedó de pie en la sala de estar por lo que pareció ser una eternidad hasta que los paramédicos bajaron una camilla por las escaleras. Podía ver un cuerpo cubierto con mantas blancas, todo su cuerpo tembló al darse cuenta de quién era.

Su padre bajaba las escaleras detrás de los paramédicos, podía ver la molestia en sus ojos, ella deseaba que nadie se fuera pronto porque sabía qué iba a pasarle cuando nadie estuviera cerca.

— ¿Puede acompañarnos?

Arthur asintió, salió sin decirle nada, encendió su camioneta y se fue, dejándola completamente sola.

***

Kelly desapareció por más de un mes. Alice, Isaac, Chris y prácticamente toda la familia incluyéndolo a él, habían ido a buscarla a todas partes, su padre siempre salía diciéndoles que ella había tenido que salir del puedo por asuntos personales, Ben les había dicho algo parecido.

No sabían en dónde estaba, él lo dejó pasar luego de días, había compartido un momento íntimo con ella y era conocida de la familia, pero no tenía claro si eran amigos o no, ambos habían acordado que sólo disfrutarían y ya.

Bajó a desayunar, Luna, la tía de Alice hacía los desayunos más ricos del mundo. Se sentó en la mesa con su familia, comió sin prestar mucha atención a lo que platicaban, por lo menos hasta que Luna habló.

— ¿Has hablado con Kelly? —preguntó Luna, ayudando a Lia a comer.

— No, no tengo forma de contactarme con ella, sólo sé lo que Ben y su padre han dicho.

Luna asintió.

— Sé que no debería decirte esto, pero la vi anoche en el hospital.

— ¿Anoche?

— Sí —Luna llevó una cuchara con comida a la boca de Lia—. Pero a lo que fue es lo que no comprendo.

— ¿A qué te refieres? —cuestionó Alice—. ¿Está bien?

Luna asintió.

— Ella fue por una prueba de embarazo, me tocó atenderla, bajó un poco de peso y se ve un poco... decaída, pero todo está bien.

— ¿Prueba de embarazo? —preguntó Alice.

Alzo la mirada hacia Luna, su corazón comenzó a palpitar salvajemente en su pecho.

K E L L Y  #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora