Beautiful Shade (l.s.)

Quince-I

Los días habían pasado rápidamente, y Harry y Logan ya habían formalizado su relación, mientras Louis seguía enamorándose más y más de Harry.

Hace un par de días había tomado una decisión; a pesar de que no se iba a entrometer en la relación de Harry, esos sentimientos no se iban a ir, y era muy estúpido de su parte seguir saliendo con alguien que no lograba hacerle sentir ni una centésima parte de lo que Harry le hacía sentir.

Apenas despertó y vio que sus padres y hermanas no estaban en casa, citó a Danielle para que pudieran hablar en paz; la chica aceptó, llegando en menos de 15 minutos a casa de Louis.

La verdad se estaba sintiendo un poco mal al hacer eso de la manera en la que lo estaba haciendo, pero no pudo pensar en una manera más sensata o más acorde a la situación. Al final, no pensaba regresar con ella, no iba a terminar con ella diciéndole que se merecía lo mejor y que siempre la iba a amar, no era correcto y quería cortar cualquier comunicación con ella.

—Pensé que este fin de semana no me hablarías, amor— dijo ella colgándose del cuello de Louis —te he extrañado tanto, no sabes lo mucho que he necesitado estar contigo estos días.

—Si— dijo el tomando los brazos de Danielle para retirarlos de su cuello y dar un paso atrás —no te hablé para lo que tú crees Danielle.

—¿Entonces? — dijo ella frunciendo el ceño —cuando nos vemos, mayormente es para hacerlo, no veo por qué es un problema ahora.

—Exactamente— asintió —ese es, precisamente, el problema. Cada vez que nos vemos, solamente nos acostamos y no hacemos nada diferente, se volvió una rutina.

—¿Por qué sería un problema? Pensé que ambos disfrutábamos esa rutina.

—¿Por qué empecé a gustarte? — dijo evadiendo su pregunta —¿Por qué comenzamos a hablar después de que, hace diez años, decidieras no volverme a dirigir la palabra por una estupidez de niños de 6 años?

—Siempre me habías gustado.

—Eso no es cierto— negó —a ti te gustaba Stan cuando éramos amigos, y así fue hasta dos meses antes de que comenzáramos a hablar de nuevo.

—¿Solamente querías que viniera por eso? No puedes estar reclamándome por algo tan estúpido como eso.

—Quería saber que no existiera una razón suficiente como para poder reconsiderar lo que voy a hacer.

—¿De qué hablas? — frunció el ceño confundida.

—Jamás te gusté ni me quisiste de la manera en la que a mí me hubiese gustado que me quisieras, me he estado sintiendo...no querido por ti.

—¡Pero por supuesto que si te quiero! — dijo indignada —no me acostaría contigo si no fuera así.

—Eso no es primordial en un noviazgo, Danielle, no se demuestra el amor solamente teniendo sexo, hay otras maneras que yo hubiese querido vivir contigo.

—Es mi manera de demostrarlo, si te deseo es porque te quiero.

—Bueno, eso ya... Ya no importa. Mira, Danielle, yo lo que menos quiero es hacerte daño y que sientas que no vales lo suficiente, pero yo no puedo elegir mis sentimientos y no se me hace justo seguir con esto cuando ya no me siento igual.

—¿Estás terminando conmigo?

—Lo hago porque no quiero lastimarte— dijo haciendo una mueca.

—¿Quién es?

—¿Quién es qué? — frunció el ceño.

—La que te convenció a hacer esto, porque debe de haber alguien que te haya convencido de hacerlo. No terminas con alguien como yo solamente porque despiertas un día y lo decides.