DESICION

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Capítulo XVI


°DESICIÓN°


¿Por qué cuando una persona escucha canciones estando tristes, es como si las comprendiera mejor?, no lo sé, pero parece que la estación de radio me recordara que mi vida amorosa fue toda una mentira, así que sin nada claro en mi mente me dedico a manejar sin rumbo por la calle principal de Forks, quien quita y termine borracha en un bar en Port Angeles.

Pero al final solo me detuve frente a la casa de Casey esperando encontrar un consuelo en él, pues no tenía a nadie más que recurrir, mi abuela estaba a millas de distancia y papá, bue a él no lo quería poner entre la espada y la pared teniendo que elegir entre sus hijas y pues mis amigos de la reserva pactaron mantenerme engañada por lo que no podía recurrir a nadie.

Aunque aún no tenía idea de si era o no correcto me si iba a tocar su puerta o no, porque todo estaba oscuro, no me atrevería a despertar a Casey por mi egoísmo, por lo que simplemente me quede dentro del auto escuchando música, mientras me permitía llorar del dolor y reír por lo estúpida que había sido, porque las señales estaban allí, todos las vieron menos yo, y eso me frustraba denunciado.

- ¿_____? - dijo Casey golpeando la ventanilla del piloto, en cuanto se escuchó el golpeteo de la ventanilla brinque del susto porque estaba bastante sumida en mi llanto - Baja en vidrio - dijo mientras hacía señas con su mano - ¿Qué te paso?

- Necesito asilo político - dije tratando de regular mi voz roncha por el llanto.

- ¡Claro que sí!, anda vamos dentro - dijo abriendo rápidamente la puerta del copito y ayudándome a salir de mi automóvil, lo primero que hizo fue abrazarme, permitiéndome a mi llorar descontrolándome mucho más, pues esto era lo que necesitaba, necesitaba un abrazo - Ven está a punto de comenzar a llover, necesitamos entrar.

Sin soltarme de los hombros comencé a caminar con él en dirección a su casa, el único momento que me soltó fue para abrir la puerta de su casa y entrar, rápidamente me ayudo a sacarme la chamarra que me resguardaba del frio, colgándola en el perchero que estaba a la izquierda de la puerta, donde también reposaba ahora su gabardina.

Me acompaño hasta la sala donde solo me deje caer en el sillón, estaba bastante cansada como para recordar mis modales, pues no solo era desgaste físico sino uno emocional lo cual era mucho peor.

- Ten - dijo entregándome un vaso old fashioned, característico para el Whisky, bebida que me estaba ofreciendo - No soy de los que dan té para calmar, yo prefiero un buen alcohol, pero no sabía si lo tomabas seco o en las rocas, así que lo deje seco como me.

- No importa - dije tomándolo con rapidez.

- Tranquila, no quiero embriagarte, porque aun hueles a cárcel - dijo él, rellenado mi vaso.

- No huelo a cárcel, en cuanto me case automáticamente me emancipe así que soy como un adulto - respondí ahora viendo el líquido en mi vaso.

- ¿Me vas a contar que es lo que te está pasando? - pregunto sentándose frente mío.

- Lo resumiré a tres palabras, "Soy una estúpida" - respondí bebiendo mi Whisky.

- Eso no me dice mucho.

- Lo dice todo.

- Necesito más detalles, no te ofendas, pero ese no es el chisme que esperaba - dijo haciendo muecas en su cara - Si se trata de tu estúpido esposo, solo cuéntamelo.

- No lo llames así - le dije apuntándolo con mi dedo.

- Perdón, no le volveré a decir estúpido - se disculpó y yo solo rodé los ojos.

Abismo - Jacob BLackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora