WORKING LIFE

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Capítulo VIII


°VIDA LABORAL°



Paso un total de dos semanas, donde me encargue de planificar mis horarios, pues contando a partir de hoy en un mes comenzare con un curso de regularización para poder después iniciar con el ciclo escolar normal; tendría que planificar muy bien mis horarios pues dentro de este periodo seré una mujer casada, con más responsabilidades de las tengo ahora.

- ¿Qué haces? – pregunto mi padre.

- Empaco las ultimas invitaciones para la boda – respondo.

- Yo no eh recibido la mía – se burla él.

- Aquí la tengo papá – le digo mientras le enseño la invitación y la muevo de un lado a otro.

- ¿Le has enviado la de tu madre? – pregunto una vez que me quito la invitación.

- Si papá, ya lo hice eh incluso ya envié la de la abuela.

- ¡Eso es más que obvio!, nunca olvidarías la de tu abuela – dice mi padre.

- Claro que no papá, es mi socia ¿Cómo crees que no la invitaría?, se trata de relaciones públicas – respondo.

- A mí no me engañas, tú y esa señora se aman a morir – dice mi padre.

- Oye papi, tengo una pregunta ahora que hablamos de ella.

- Dime.

- Si mi mamá y bella se fueron a vivir con ella cuando tenía 3 meses, ¿Cómo es que nací yo?, me refiero hay un total de 3 años de diferencia – le digo levantado una de mis cejas.

- En mi defensa solo diré, que lo intentamos una vez más pero no se dio – respondió él levantándose de la mesa, sonrojado.

- ¡Papá!, no seas tímido, ya soy grande y puedo entender que solo fue sexo casual – le dijo riéndome.

- ¡________!, estas castigada – me grito mientras subía las escaleras.

- Solo diré que valió la pena – me reí.

Al final termine de arreglar las invitaciones y las coloque en dos cajas una que correspondían a los habitantes de la reserva y otra para mía familiares y conocidos; me dedique a repartir las invitaciones, primero fui a dársela al único amigo que tenía aquí, por lo que tome mi auto y me dirigí a la dirección que está escrita en la tarjeta de presentación que me dio hace un par de semanas.

En cuanto llegue pude ver el complejo, nada fuera de lo común, lo típico para una oficina de pueblo americana, al parecer lo único que delataba que se trataba de una casa constructora era el gran letrero de Casey's House y las molduras que adornan la fachada, no me daría que es una constructora.

Ingresé por la puerta corrediza entrado a tan familiar lugar, pues vine la vez que necesitaba contratar los servicios de Casey, por lo que me dirigí a la recepción donde una señora me atendió de primera mano.

- Hola, querida ¿Cómo estas el día de hoy?

- Muy bien gracias, y ¿Usted?

- Excelente, ¿En qué te puedo ayudar?

- Busco al arquitecto Mills.

- ¿Tienes una cita?

- Oh, no olvide hacer una, pero solo será un momento ¿Cree que me pueda recibir? – pregunte.

Abismo - Jacob BLackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora