¿Cuánto crees que esté dispuesta a luchar una persona por algo que realmente desea?
¿Cuánto crees que logre aguantar alguien que está siendo lastimado de varias formas, solo por conservar lo que es suyo por legado?
Una princesa que asciende al trono...
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"DESCONFIANZA, DESAGRADO Y DESEO"
Desconfianza, la última semana de mi vida se resumía en esa palabra, no confiaba en nadie más que no fueran mi madre, Egan y Andrew, los demás eran todos unos completos desconocidos y cualquiera de ellos podía ser el traidor y criminal que ha estado intentando matarme desde hace varios meses ya, todos eran sospechosos.
Sin embargo, existía un desconocido en todo el sentido de la palabra en quien si confiaba, aquel escritor anónimo de cartas, había demostrado a través de letras que su intención era protegerme de aquellos que atentan contra mi persona, lo consideraba un aliado, aunque en estos días me he sentido un poco abandonada por su parte, no he recibido más cartas desde aquella con remitente, él o ella era mi por ahora única pista con respecto a la nota de la biblioteca, creí que me ayudaría diciéndome la verdad, pero al parecer no ha querido involucrarse más de la cuenta.
-Buenos días, querida esposa -saludó dejando un suave beso en mi mejilla - ¿hace cuánto despertaste?
-No lo sé -respondí sin quitar la mirada del techo.
La luz del sol entraba por las ventanas, iluminando por completo la habitación, y la persona a mi lado hacía aún más bonita la mañana, sin duda era un amanecer muy agradable, sin embargo, a pesar de ello mi estado de ánimo no me permitía apreciar más allá de eso, en mi cabeza rondaban mil y un posibilidades de lo que abría detrás de todo ese misterio de la pintura, la nota y el latín, las piezas no encajaban y temía que me costara más de lo debido llegar a mi objetivo.
- ¿Qué sucede? ¿Por qué estas molesta?
-No lo estoy, solo necesito respuestas -dije sentándome para quedar frente a él -necesito llegar a mi regalo.
Salí de la cama tan rápido como mi cuerpo aun adormitado me lo permitió al recordar momentos de mi infancia que estaba segura me serían de ayuda.
- ¿A qué te refieres con eso? -preguntó confundido - ¿Cuál regalo? -fue lo último que escuché antes de salir de la habitación.
Al llegar a mi destino un sentimiento extraño invadió mi pecho que pronto comenzó a subir y bajar desesperadamente, ignorando aquello, me adentré más en la biblioteca y fui al ala sur, justo al rincón del rey. Mis recuerdos me habían traído hasta aquí y la razón era simple, cuando mi padre organizaba sus juegos y yo tenía que seguir las pistas hasta llegar al regalo, por lo general siempre me obsequiaba un libro, de cualquier clase, tamaño o color, por esa razón, llegué a creer que la respuesta estaba en este lugar, justo donde el juego comenzó.
Frente a mí se alzaba una inmensa estantería de madera con una gran cantidad de libros, mismos que nuca había siquiera tocado. Comencé mi búsqueda entre ellos esperando encontrar alguno de título "hijos del rey" que era lo que estaba escrito en latín en el papel detrás de la pintura, pero nada con ese nombre o relacionado tenía lugar en la repisa, por lo que opté por otro nombre de búsqueda, recorrí con la mirada y mis dedos rosaban cada una de las pastas frías y gruesas hasta que mis ojos captaron un libro en especial:
