"PODER EN LAS MANOS"
Las llamas consumían todo a su paso, creando desesperación y angustia, las lágrimas caían de mis ojos como cascada y mi primer instinto al ver tan desafortunada escena fue gritar, gritar hasta quedarme sin voz.
Una señal de alerta se encendió dentro de mí al abrir los ojos y encontrar un mar de llamas frente a mí, quemando todo a su alrededor, obstaculizando la salida y privándome de escapar de esa catastrófica situación.
Sentía miedo, miedo de que este fuera mi fin, miedo de que mi vida acabara sin haber hecho algo con ella antes, miedo de haber fracasado sin siquiera intentarlo, ¿pero que podía hacer? no tenía salida, todo estaba cubierto en llamas, lo que hace unos minutos había sido mi habitación ahora se caía a pedazos o ya se había convertido en cenizas.
Mis gritos se volvían cada vez más débiles y mis piernas perdían su fuerza, pronto mi visión se volvió borrosa y el humo comenzó a obstruir mis pulmones haciendo que mi respiración comenzara a fallar, me costaba tanto respirar y caminar que caí redondo contra el suelo. Lo último que mis cansados y llorosos ojos captaron fueron las feroces y ardientes llamas acercándose a mí de forma rápida y aterradora, haciendo que mi vida pasara frente a mis ojos, haciéndome creer que era el fin.
Solo un pitido era lo que mis oídos escuchaban, un pitido muy molesto y espantoso que me hacía poner muy nerviosa, luego, al abrir los ojos, el rostro furioso de Egan apareció en mi campo de visión, las imágenes eran borrosas pero podía distinguir que discutía con alguien más, caminaba de un lado a otro mientras pasaba sus manos por su cabello de forma desesperada sin dejar de gritarle a aquella persona, luego miraba al suelo, sus manos se volvían puños y su mandíbula se ponía tensa, su rostro se teñía de rojo y comenzaba a gritar nuevamente.
Mi madre atravesó la puerta usando un vestido hermoso que era acompañado de su melena rubia recogida en un moño, pero aquella elegancia no le llagaba al rostro, teñido de rosado, con los ojos aguados y grandes ojeras. Al verme, lagrimas comenzaron a rodar por sus mejillas e interrumpiendo la discusión de Egan llamó su atención y se acercaron a mí, tan preocupados y fuera de sí.
-Victoria...
-Victoria... -sus voces se escuchaban tan lejanas y apagadas, tan tristes y desesperadas. La angustia en sus rostros y voz era evidente.
-Hola -dije al fin, sonriendo para tranquilizarlos.
- ¿Cómo te sientes?
-Bien, me siento bien.
- ¿Segura? ¿te duele algo? ¿Qué necesitas?
- ¿Quieres que llame al médico?
-No hace falta mamá, estoy bien.
Un suspiro muy largo salió de su boca para luego romper en llanto al mismo tiempo que caía al suelo, como si sus piernas no funcionaran más.
-No lo entiendo, eres mi hija, mi bebé, todo lo que me queda, yo me muero si algo llega a sucederte -dijo entre sollozos -eres amable, honesta, educada, una buena chica, eres todo lo bueno que tu padre y yo deseamos desde la primera vez que vimos tu rostro, no entiendo como alguien puede hacerte daño.
ESTÁS LEYENDO
Reina Escarlata | EN PROCESO
Teen Fiction¿Cuánto crees que esté dispuesta a luchar una persona por algo que realmente desea? ¿Cuánto crees que logre aguantar alguien que está siendo lastimado de varias formas, solo por conservar lo que es suyo por legado? Una princesa que asciende al trono...