"SI ESTAS DE MI LADO, TENDRÉ PIEDAD POR TI"
El sonido de mis zapatos haciendo contacto con el suelo de mármol era simplemente desesperante al igual que mi humor, mismo que se encontraba tan en el fondo como los calabozos en el castillo. El evento al que había tenido que asistir hace más de dos horas resultó muy desagradable, obviamente todo fue personal. Acudí de forma obligatoria a una gran reunión en la casa de un noble, el lugar sin duda había estado lleno de risas, alegría, armonía y cortesía, nada de otro mundo, sin embargo, dentro de mi todo era un caos, el disgusto y el desagrado me dominaban por completo y aumentó más cuando todas aquellas personas comenzaron a preguntar por el rey y a todas tuve que decirles la misma excusa, que se encontraba delicado de salud.
Como nuestra relación seguía pendiendo de una cuerda floja y al parecer era gracias a mí por no ceder y perdonar, él había decidido o más bien, se había encaprichado en no acompañarme y decidió marcharse a quien sabe dónde. Por lo que realmente me sentía como un pedazo de cristal que con cualquier rose involuntario explotaría causando un gran desastre.
La mañana sin lugar a dudas había sido horrible y mi estado de ánimo terrible e incómodo, estuve irritable en todo el sentido de la palabra y me sentía tan susceptible que, si alguien al menos me llegaba a mirar mal o así lo creía yo, las ganas de golpearlo llegaban a mí con intensidad, era eso, o mi cuerpo amenazaba con descontrolarse y mis ojos comenzaban a picar. Conclusión, un caos.
Realmente el sonido de los zapatos me tenía mal, por lo que en un rápido movimiento me agaché y me los quité, comenzando a caminar descalza por los pasillos del castillo, varias miradas cayeron sobre mí al llevar el calzado en la mano, pero en ese momento no me importó.
- ¿Tienen algo que pueda comer? -pregunté al momento en que entraba a la cocina y me sentaba en una de las sillas que rodeaban una gran mesa de madera oscura.
Las personas ahí me observaron con asombro y cautela, sin embargo, pusieron varias cosas deliciosas sobre la mesa y se los agradecí de todo corazón, en la reunión no pude comer o disfrutar ni un solo bocado sin que mencionaran al rey, pidiendo explicaciones del porqué de su ausencia, por lo que lo poco que llegué a probar, se atoraba en mi garganta provocándome nauseas.
-Su majestad, ¿Qué es lo que hace aquí? -preguntó aquel señor mayor al verme en ese lugar, con los pies cruzados sobre la silla y la boca repleta de biscochos con mermelada y crema.
-Disfruto un poco de la vida, Andrew, tu deberías hacer lo mismo -la forma en que me miró me hizo saber que estaba en total desacuerdo con mi actitud, por lo que con unas cuantas palabras hizo que las personas que se encontraban haciendo su trabajo salieran de la cocina, dejándonos solos.
-Me temo que no puedo hacer lo que me pide, mi reina, ya que siempre tengo que andar detrás de usted para que no cometa errores, no le quiten la vida, no desaparezca o simplemente mantenga su postura y se evite malos rumores que arruinarían su reputación como dama y reina.
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Reina Escarlata | EN PROCESO
Teen Fiction¿Cuánto crees que esté dispuesta a luchar una persona por algo que realmente desea? ¿Cuánto crees que logre aguantar alguien que está siendo lastimado de varias formas, solo por conservar lo que es suyo por legado? Una princesa que asciende al trono...