Capítulo 28

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"PRISIONERO DE TUS IMPULSOS"

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"PRISIONERO DE TUS IMPULSOS"

Los gritos provenientes del pasillo me hicieron despertar sobresaltada, con el corazón latiendo fuerte y con una sensación horrible en el pecho. Salí de la cama lo más rápido que mi cuerpo aun adolorido me lo permitió y al abrir la puerta pude ver como un Egan furioso discutía con Andrew mientras caminaba con dirección al ala de los invitados, específicamente hacia la habitación donde se encontraba encerrado Arthur.

-Andrew, quítate de mi camino y abre esa maldita puerta.

-Egan, cálmate -dije atrayendo su atención, sus ojos se fijaron en mí y juro que pude ver llamas en ellos.

- ¡¿Cómo te atreviste a ponerle tus asquerosas manos encima?! -le gritaba desde fuera -No eres digno de siquiera tocarle un cabello, ¿Crees que puedes golpear a mi esposa y quedar ileso? ¡Te arrancaré las manos!

-No me asustas en lo más mínimo. Si tanto te importara no la habrías dejado sola y no la habrías hecho sufrir como lo ha hecho en todos estos días. Dices que la amas, pero a mi parecer son solo simples engaños. Ni tu ni nadie podría amar a una mujer como esa.

- Y tienes la osadía de hablar así de ella ¡Arthur! ¡voy a matarte! Te haré pagar por todo el daño que le has causado.

-Claro, ven inténtalo honorable rey, la corona sobre tu cabeza debe pesar demasiado como para permitirte hacer aquello -dijo aquel hombre por detrás de la puerta, causando que Egan se llenara aún mas de colera.

-La corona no es lo suficientemente pesada como para impedirme partirte la cara en millones de pedazos, y lo sabrías si el rey hubiera creído que eras digno de ella, pero tú ya sabes que prefirió dársela a Victoria y no a ti, ¿Por qué habrá sido?

- ¡Desgraciado! -gritó con voz desgarrada -ella no se la merece.

-Se merece todo lo que tú no ¡Y te aseguro que ni la corona ni nada me impide matarte con mis propias manos! Andrew, si no abres esta puerta voy a tirarla.

- ¡Egan, basta! -tomé su rostro entre mis manos y lo obligué a mirarme -ven conmigo.

- ¿Por qué razón no está en un calabozo? -preguntó una vez dentro de la habitación.

-No sabía qué hacer con él y ordené que lo dejaran ahí hasta decidir.

- ¿No sabes qué hacer? Victoria, ese malnacido te golpeó, mira como dejó tu rostro, no deberías siquiera pensarlo, envíalo a la oscuridad del calabazo, se merece pasar frío y hambre. Si lo tuviera enfrente ya no le quedarían partes sanas de su cuerpo para poder golpear.

-Por esa misma razón no va a salir, va a quedarse ahí hasta que yo lo decida.

- ¿Te estas escuchando? ¿piensas mantenerlo ahí rodeado de lujos y comodidades cuando en realidad debería estar sufriendo ahora mismo? ¡Debe pagar por lo que te hizo!

Reina Escarlata | EN PROCESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora