¿Cuánto crees que esté dispuesta a luchar una persona por algo que realmente desea?
¿Cuánto crees que logre aguantar alguien que está siendo lastimado de varias formas, solo por conservar lo que es suyo por legado?
Una princesa que asciende al trono...
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"SANGRE REAL ESPARCIDA POR AHÍ"
-Los diamantes combinaran muy bien con tu vestido, ¿no crees?
-No lo sé, supongo que sí -contesté restándole interés a la situación.
- ¿Qué te ocurre? Estas muy dispersa, tu mente parece estar en otro lugar.
Y así era, no podía pensar en nada mas que no fuera encontrar respuestas, necesitaba saber cuál era ese regalo, o en el peor de los casos, ese secreto que escondía mi padre detrás de tantas vueltas, acertijos y escondites, era tan urgente como necesario para mi saber que era lo que había dejado oculto después de su muerte.
-Nada importante.
-Victoria, si no fuera importante, no estarías en ese estado, tienes un libro abierto en tus manos que ni siquiera has ojeado, llevas mirando tus pies más de media hora y tampoco escuchas lo que te digo. Estas en las nubes.
Mi intento por inventar una excusa fue interrumpido por Egan y su gran sonrisa, lo cual agradecí porque no sabía cómo responder al comentario de mi madre.
-Princesa Victoria, ¿puedo hablar con usted un momento? -respondí a su pregunta asintiendo con la cabeza y abandoné de inmediato la sala con él a mi lado.
- ¿Qué ocurre?
-Se trata de Arthur, acabo de verlo saliendo del pasillo principal con una actitud muy sospechosa, luego su esposa le dijo algo al oído y ambos abandonaron el castillo.
-Ese tipo no me genera confianza, algo trama.
-Iré a investigar, si encuentro algo te informo, ¿de acuerdo?
-Bien, gracias.
Depositó un cariñoso beso en mi frente y emprendió su camino alejándose poco a poco de mí, dejando más cosas en mi cabeza por las que debía preocuparme, claro estaba que Arthur no era de confianza y estaba lista para lidiar con él y con los problemas en los que se estuviera involucrando, tal vez todo se trataba de dinero, como de costumbre.
-Ahora que estas de regreso -dijo colocando el vestido de novia justo frente a mi -no puedes enfrentar la vida si te guardas todo para ti, si algo te molesta debes comentarlo con alguien, o como decía tu padre: si no deseas hablar, escribe.
<< ¡Escribir!, a eso se refería con: mi vida escrita en papel. >>
