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El jet se dirigía a su destino teniendo un gran silencio en su interior. Jehan iba recostado junto con Verena, quien dormía después de haber sido consolada por su reciente pérdida, los demás iban sentados en los demás asientos mirando por la ventanilla.

El moreno era el único que estaba de pie y de brazos cruzados. Estaba atento mirando las nubes, pero aquella concentración se desvió al sentir que alguien más se puso a su lado.



– ¿Cómo está?... – preguntaba con suavidad sin siquiera voltear.

– Ya está dormida. – respondía el gato rojo con un gran suspiro – Fue alguien importante para los dos... En especial para Verena.

– Supuse que se querían. Lo noté cuando se abrazaron.

– Lo veía como un padre, se sentía protegida estando con él. – contaba – Chad siempre la trató como a una hija. Te diré algo, solo que no lo tiene que saber ella por lo que acaba de pasar. – ambos se miraron – Chad tenía intenciones de que ella viviera con él como una familia al terminar todo esto... Lamentablemente, ahora no podrá hacerlo.

– No... – desviaba la mirada – ¿Cómo la conociste?

– En una de mis misiones...



***

El sujeto enmascarado estaba comenzando a hacer su aparición y tuvimos que ir a un laboratorio, en las afueras de la ciudad Emerald. Se estaba buscando la cura para todos ustedes y claro que a ese sujeto no le agradó la idea que tenía la intención de destruir cada uno de los frascos de prueba.

Tuvimos éxito en aquella misión, pero no fue gracias a nosotros. Vimos hielo por todos lados y los frascos estaban siendo protegidos por el mismo hielo.

Escuchamos ruido en la parte trasera y salí rápido a investigar. Entonces la vi. Aquel sujeto de la máscara desapareció sin dejar rastro, ella estaba llena de ira. En cuanto notó mi presencia, se asustó y trató de ocultarse, pero sabía que no era necesario hacerlo ya.



– Ese hielo, ¿Es tuyo?



No tenía respuesta por su parte, ¿Cómo me iba a revelar algo si ni siquiera me conocía?



– Gracias por tu ayuda. De no ser por ti, habríamos fracasado en esto.

– ¿Quién eres?

– Mi nombre es Jehan. Jehan Wayne. Amm, soy de los buenos.



Finalmente estuve cerca de ella y la notaba con mucho miedo y tensa. Al momento que quise acercar mi mano para juntarla con la suya como muestra de agradecimiento, ella dio pasos hacia atrás mostrando temor hacia mí.



– Tranquila... No te haré daño...



Solo me miraba, como si me estuviera analizando. Yo acerqué mi mano otra vez y despacio, tenía mi mano extendida y vi como ella comenzó a hacer lo mismo. Entonces, nuestras manos se juntaron y vi como el hielo empezó a desaparecer.

***



– La has protegido. – decía el moreno – Gracias... En verdad.

– No tienes por qué. – sonreía un poco.

– Ya llegamos. – anunciaba el azulado con emoción.

– Preparen sus cosas. – ordenaba el murciélago.



La nave aterrizó a las afueras de Tumaini. La puerta de la nave se abrió y los primeros en bajar fueron Sonic y Silver, quienes iban emocionados. En seguida, bajó Jehan junto con Richard de manera tranquila y algo serios cargando sus respectivas armas.

Viento LibreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora