Año: 2016
La habitación estaba siendo iluminada únicamente por la luz de la luna que atravesaba por la ventana, eso provocaba que cierto brillo ayudase a iluminar un poco más el lugar.
Todo estaba cubierto de hielo, no había más ruido que los pasos que daban vueltas y vueltas de manera desesperante. Se abrazaba a sí misma, hacia puños sus manos para controlar los temblores que tenía y no era porque tuviera frío, sentía mucho miedo.
Se quitó aquella pijama para ponerse ropa normal y salió de la habitación aun cubierto de aquel hielo.
Caminaba bajo la luz de la luna, las calles estaban silenciosas, era raro que pasara algún auto a esas horas de la madrugada. La ciudad Emerald era fantástica en esas horas.
Llegó hasta una academia de danza en tela, era uno de sus lugares favoritos y acogedores en toda la ciudad. Entró por la parte de atrás y caminó por los pasillos hasta llegar a uno de los salones en donde la tela aun colgaba desde el techo.
La tomó y suspiró hondo cerrando al mismo tiempo los ojos.
Dejó que su cuerpo se dejará llevar ante la danza, jugaba con suavidad con la tela, como si se tratara de una pareja de baile. La música sonaba en su propia mente, una suave melodía ideal para aquel baile.
Cerró sus ojos y su respiración era muy tranquila, muy serena.
Varios recuerdos agradables llegaban a su mente, recuerdos que le ayudaban a suavizar más su danza, pero la mente suele ser algo traicionera. Varios recuerdos de aquellos dos años llegaron, todo el tormento, tortura, sufrimiento y humillaciones.
Fruncía el ceño con fuerza al mismo tiempo que apretaba sus ojos y dientes, además, su respiración se volvía más agitada. En cuanto llegó la imagen de su mejor amigo, se detuvo de golpe y cayendo de sentón.
Miraba a la nada, no podía lograr controlar su respiración ni las lágrimas que caían.
– ¿Verena? – llamaba tras ingresar al mismo salón – ¿Todo está bien?
Se trataba de un adulto lobo color gris claro que en algunas partes de su pelaje comenzaban a salir algunas canas. Él era el vigilante nocturno de la academia de baile y le había dado la oportunidad a ella de ingresar a escondidas para que pudiera practicar sus propios pasos.
– Hey – volvía a llamar –, Verena. – se hincó frente a ella poniendo su mano en el hombro de ella – Mi niña... ¿Otra vez pasó?
– Sí... – respondía el susurro cerrando sus ojos – No logro calmar mi mente... No pude ni dormir...
– Lo deduje por tu llegada, tu caída – mencionaba y, en seguida, miró a su alrededor –, y por tu hielo.
Había cubierto gran parte del salón con su propio hielo, solo que este tenía un tono gris.
– Lo siento... – se disculpaba al mismo tiempo que lo retomaba con sus propias manos liberando el lugar – Mi poder se manifiesta de cualquier manera...
– ¿Qué sentiste esta vez? – la miraba.
– Tristeza. – suspiraba frotándose la cara con suavidad – Lamento si nunca te he mencionado algo acerca de lo sucedido, Chad. – arqueaba sus cejas mirándolo – Yo... Trato de hacerlo, pero...
– No tienes por qué disculparte, mi niña. – le sonreía con suavidad – Podrás hacerlo cuando te sientas lista y cómoda para poder hablarlo. No te presiones.
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Viento Libre
أدب الهواة|| TERMINADA || Sucesos extraños ocurren dentro de Tumanini, una civilización avanzada en cada época que transcurre. La búsqueda del responsable demora muchos años, sin embargo, eso no permitirá que nuestros héroes sigan luchando contra él. - No con...