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Miró fijamente al moreno, su expresión mostraba enojo y algo de confusión, aun no podía creerlo.



– ¿Por qué?... – preguntó casi en susurro controlando su impulsividad.

– Tu madre quería buscar una cura para tu abuela y para todos los demás afectados. – respondía sin siquiera mirarlo – Encontró la forma de poder salvarnos, pero Dante se enteró de ello que, siendo yo el único a su servicio en ese momento, me mandó a asesinarla y llevarle los antídotos para que los destruyera. La ha seguido desde que tenía los antídotos como prototipos.

– Pero... Mi madre... – apretaba los puños al igual que los dientes.

– Tenía que hacerlo, no tenía de otra. – suspiraba – De lo contrario, el castigo para mí sería peor.



No dijo nada, sentía un tic en su ojo y su respiración se volvió fuerte.

Iba a ir contra Shadow, pero fue detenido por una placa de hielo. El moreno se había puesto en una posición de defensa al ver que el azulado iba hacia él.



– Hmp... – negó con la cabeza al ver el hielo y miró a la gata – Tú lo sabías que ahora lo proteges.

– Viví un tiempo en Emerald y trabajé en la G.U.N. Eso lo sabes por Richard. – respondía sin bajar la guardia – Antes de trabajar ahí, protegí las primeras pruebas que ella hizo. Años después Iba a resolver el caso junto con Jehan, solo que no sabía en el momento que era Shadow quien había sido. – miraba fijamente al azulado – Hasta que lo vi. Sonic... No fue su culpa, no tenía opción.

– Parece que no. – miró nuevamente al moreno – Pero lo hizo... Mató a mi mamá.



Desvió aquel hielo con rapidez que apenas y Verena pudo notarlo.

La lucha entre ambos erizos dio inicio, aunque el moreno solo se defendía sin siquiera golpear al erizo azul, no quería hacerlo porque estaba consciente de la fuerza que poseía.

Salieron con rapidez de la cueva sin dejar de luchar, Sonic estaba logrando sacar todo aquel coraje e incluso rencor por el asesinato de su mamá.



– ¡De haberlo sabido desde un principio habría ido por ti! – amenazaba – ¡Ella iba a salvarte!



El moreno solo movió una mano y el viento arrojó al azulado lejos de él con mucha fuerza haciéndole una caída algo dolorosa.



– Debe... Ser... – decía con dificultad poniéndose de pie tras la caída – Fácil para ti, ¿No? – lo miraba – Con esa fuerza en tu poder...

– No sabes el infierno que he vivido desde que fui raptado. – decía entre dientes y apretando los puños – Las pesadillas que tengo con cada uno de los que he matado. Los llevo en mi mente, Sonic. ¿Crees que me siento orgulloso de mis poderes? ¿O tan siquiera de mí mismo?



No quiso seguir escuchándolo, quería hacerle pagar, pero no pudo hacerlo puesto que en sus pies se congelaron impidiéndole moverse.



– ¡Quítame esto! – pedía – ¡No te metas, Verena!

– Es mi mejor amigo. – decía con seguridad sin bajar la guardia mientras iba con el moreno – Lamentamos lo cometido, Sonic. Tú mismo lo dijiste, fuimos controlados que no teníamos opción, ¿O acaso fueron palabras vacías para que peleáramos a tu lado?



El azulado no dijo nada, se había dejado llevar por el rencor y enojo que olvidó las circunstancias.



– No pelearas aquí. – comentó el moreno – No es tu pelea y tampoco de Silver.



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