- No importa, entonces... ¿Te veo esta noche?
- Espera, espera, ¿empiezo hoy?- Mi boca se abrió y me acerqué más a él.
- Si, cuanto antes entres antes te adaptarás, además, así puedes renunciar antes de dejar tu trabajo.
- Pero... no tengo la ropa... no tengo- No pude acabar la frase ya que sonó mi timbre.- No se quien puede ser...- Murmuré acercándome a la puerta.
Abrí la puerta y un cuerpo me impedía la vista, levanté los ojos y vi su pelo blanco. Todo su cabello caía desordenado sobre su pálido rostro, sus ojos verdes asomaban entre su sombreado negro y todo eso complementado por un cuerpo escultural que se cubría con una sudadera azul y unos vaqueros rotos.
- ¿Qué haces aquí?- Mateo estaba pegado a mi espalda. Parecían dos columnas enormes que me hacían sentir pequeñaja.- ¿No estabas en el local?
- Si, pero te llamaba y no me respondías- Se quejó- Tuvimos problemas con un grupo de chavales, la policía se los ha llevado pero una bailarina se quiere ir.
- Voy para allá- Me puso una mano en el hombro.- Lisa, este es Samuel, mi compañero, te acompañará a comprar lo que necesites, ah- Se giró antes de salir por la puerta- Todo corre por nuestra cuenta.
Mateo salió corriendo y nos dejó a Samuel y a mí en la puerta, en silencio.
- Emmm- Me rasqué la nuca recomponiéndome- Pasa en lo que cojo las cosas, tardo un minuto.
Le hice pasar y fui a mi cuarto a por la cartera y una chaqueta. Samuel estaba apoyado en la pared con los brazos cruzados, en cierta forma tenían un aire similar aunque los sentía muy diferentes.
- ¿Nos vamos?- Los ojos esmeralda de Samuel me pillaron escaneándole- Se que estoy bueno pero no puedo perder el tiempo.
- Estés o no bueno acabas de joderlo con tu boca, mejor haberte quedado callado- Rodé los ojos y abrí la puerta ante su mirada de asombro.- Vamos.
Cuando salí pude oír la risa de Samuel por detrás.
Me invitó a subir al coche y condujo con la música puesta, la verdad, no se donde iba ni si me iban a secuestrar, pero aunque peleara no podría con él.
Una música conocida comenzó a sonar en la radio y sin permiso subí el volumen. La música sin cantarla no era música, esa era mi filosofía.
- "I wanna be your slave, I wanna be your master, I wanna make your heart beat run like rollercoasters..."- Cantaba a todo pulmón con mi inglés chapurrero.
Los ojos de Samuel se turnaban entre la carretera y yo, pero no me importó, la música me encantaba y esa canción era de mis favoritas. Samuel bajó el volumen en la mejor parte y le asesiné con la mirada.
- No puedo cantar o que- Me quejé pero noté como sonreía- ¿Te hace gracia?
- Si, y mucha- Apagó el motor y se desató el cinturón- Pero hemos llegado y no quiero perder el tiempo.
Miré a mi alrededor. Estábamos en una calle de tiendas pequeñas y escondidas, mi teoría de que me querían matar se acercaba cada vez más. Bajé del coche y seguí a Samuel hasta una tienda de ropa.
Una mujer mayor nos recibió, a Samuel le dio dos besos y a mí me revisó de arriba a abajo.
- ¿Camarera o bailarina?- La mujer tenía un acento Italiano muy marcado.
- Camarera- Respondió Samuel por mí. La mujer se perdió en la trastienda y volvió con una bolsa grande llena de cosas. Se la dio a Samuel y se despidió de nosotros.
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Mío y tuya
Teen FictionUna vida monótona nunca fue lo suyo, siempre prefería encontrar diversión aunque hasta de eso se cansó. Ahí conoció un nuevo local, uno que nunca había existido en esa ciudad y sin lugar a dudas ella irá. Un mundo nuevo se abrió en sus ojos, sin sab...