Mateo me miró de arriba a abajo y, sin esperar a que lo dijera me quité la chaqueta, sintiéndome lo mas sexy del mundo.
En un pasado siempre sentía que mi cuerpo era horrendo y no atractivo, tengo los muslos grandes, algunas estrías y mi peso sobrepasaba el correcto. Entonces me fui de casa, comencé a vestirme como amaga y a vivir como quería. Me sentía más segura conmigo y eso atrajo la atención de algunos chicos y chicas, el acostarme con ellos definió mi culo y mis piernas, también endureció mi abdomen creando quien era yo ahora.
- Creo que este nuevo fichaje va a arrasar.- Una camarera de largo cabello rubio y ojos grises se acercó a mi y me escaneó- ¿Sum o Dom?
- No es nada Steff- Mateo se acercó a mí y pasó su brazo por mis hombros- Pero sí, va a arrasar, ¿Cuál será tu nombre?
- No se...- Di vueltas a varios de mis nombres favoritos hasta que uno resaltó en mi mente- Esmeralda- Sonreí al acabar de decirlo. Todos asintieron y me enseñaron el lugar.
Steff se dedicó a enseñarme como iba todo antes de la apertura y me dijo que estaría junto a mí para que no sintiera miedo el primer día.
Una hora después la gente empezó a entrar. Podría asegurar que se parecía a un bar normal si no fuera por los comportamientos de los clientes...
Podía ver a parejas sentadas en la mesa y otras personas atadas con correas en el suelo, las ropas eran escasas pero se tenía respeto y nadie atacaba ni criticaba. Era paz, la curiosidad aumentaba y mas al oír las charlas y experiencias de cada uno... quizá no esté tan mal probarlo.
- ¿Cómo van tus primeras horas?- Mateo se acercó a la barra.- Me das uno de whisky.
- Pues muy bien- Le tendí el vaso- Tan bien que quiero probarlo.
Mateo se atragantó y dejó el vaso en la mesa.
- ¿Cómo que quieres probarlo?- Pasó su mano por la boca- ¿Tanta curiosidad tienes? Sabes que no se puede jugar con esas cosas...
- Nunca juego con lo que me implica- Sonreí y me incliné en la barra- Además, puedo probar cualquier rol- Miré a una pareja en el sofá, ella con una corre apoyada en sus piernas y el bebiendo mientras le acariciaba la cabeza.- Aun no se como me sentará.
Mateo mordió su labio y me revisó de arriba a abajo. Volví al trabajo atendiendo a todos y me sentía extrañamente cómoda, es decir, la mayoría eran amables y piropeaban, otros me invitaban a sus juegos y otros solo me sonreían. Mateo y Samuel siempre rondaban la sala por si había algún problema con algún problema.
La noche acabó y nos pusimos a recoger. Steff y yo nos acercamos mucho, no tenía pelos en la lengua y por lo que me ha comentado era una dominante experimentada. Mis otros compañeros también eran amables pero no hablamos mucho por lo que no tiene cabida el presentarlos.
Mateo y Samuel llegaron de cerrar y recoger las zonas privadas y se dejaron caer en uno de los sofás del salón.
- ¿Quién es amable y me trae algo?- Lloriqueó Samuel.
Una de las chicas fue corriendo a por algo de beber mientras el resto nos sentábamos por la sala. Tras una conversación amena empezaron a despedirse, yo fui de las últimas pero, cuando el frío de la noche me golpeó la cara, una mano sujetó mi hombro. Me giré encontrándome a Mateo.
- ¿Tantas ganas tienes que pruebe el mundo?- Me giré acariciándome los brazos por el frío.
- Te llevo a tu casa y lo hablamos, así no pasas frío.
Su propuesta me tentaba y acabé aceptando. En el coche la conversación se basó en como fue el día y si creo que me acostumbraría. Planteándome eso era cierto que los tacones y la ropa era algo que acababa agotando pero el trabajo era ameno y tenía un punto de interés, por lo que, en mi lista de preferencias estaba el primero. Me decidí por esperar al día siguiente para llamar y renunciar al empleo, a Elías se lo diría en cuanto Mateo se fuera.
Invité a Mateo a pasar y le serví algo de beber.
- Bien, tomemos el tema que interesa.- Cruzó sus manos sobre el vaso.- ¿Qué es lo que quieres probar?
- Pues sencillo, como eso de pegar o que me peguen lo veo algo exagerado, prefiero solo lo de dominar y obedecer.- Moví los hombros mientras me quitaba los molestos tacones.
- Ya pero ¿hasta que límite? además ¿Qué rol?
- Pues no se, quiero aprender así que aun no se los límites y eso, por ello te pregunto a ti,- Me acerco a él hasta quedar cerca de su cara- ¿No probarías conmigo?
Mateo se tensó, lo pude notar en sus hombros y en su mirada. Cortó el contacto visual y se removió el pelo nervioso.
- Mira, encantado de enseñarte esas cosas pero creo que no estás preparada, no debes probar por que sí, si no porque te valla a excitar, además, ¡ni sabes que rol quieres!- Noté como se ponía nervioso así que puse mis manos en sus hombros y le obligue a volver a mirarme.
- Si te lo propongo es porque me atrae la idea, si no tengo rol es porque me imagino con alguien lamiendo mis pies como alguien sobre mí. No es que no comprenda la situación, pero, como dijiste, si no pruebo nunca sabré si me gusta.- Pude ver como se relajaba y suspiraba.
- Trae un bolígrafo y un papel, vamos a empezar a ver que hacer contigo...
Le traje lo que me pidió y comenzó a hacerme preguntas, algunas algo extrañas pero le respondí igual. Al cabo de unos minutos me explico que lo que estaba mirando eran los roles que, en este momento tendría, para poder saber que tipo de sesiones y límites se podrían llevar a cabo.
- Vale, según parece eres Switch, es decir, puedes hacer el rol de dómina como de sumisa, aunque te acercas más como brat que sumisa...- Explicaba mientras golpeaba el boli con sus labios.
- ¿Brat? ¿Las muñecas?
- No, es una categoría de sumisa en la cual buscan el poner nervioso o enfadar a su dominante para recibir castigos.- Cogió otro folio y comenzó a escribir.- Vamos a iniciar poniendo los límites, cosas que permitirías o que no, pero para eso debo de saber... ¿de verdad quieres conmigo?
Le miré de arriba a abajo, no entendía porque lo decía, no era como si fuera un gordito estúpido de la calle.
- ¿Por que lo dudas?
- Muchos del local creen que soy dominante, lo se- Suspiró. Sabía que había una porra para apuestas para saber que eran pero no tenía porque decirlo.- Pero soy sumiso, entonces no puedo dominarte si es lo que quieres.
- No me importa, puede ser complejo pero puedo intentarlo, si me ayudas con las bases puedo investigar el resto.- Le tranquilicé y volvimos al papel.
Tras horas hablando de lo que si o no estábamos dispuestos a hacer nos quedamos dormidos en el sofá, yo sobre él.
El sol nos despertó cuando entró por la ventana. Mateo se levantó tan rápido que me hizo caer y tirar las cosas de la mesita.
- Joder, ¿qué te pasa?- Me quejé mientras me levantaba.
- Me quedé dormido y hay cosas que hacer- Se movía rápido cogiendo su chaqueta y su móvil.
Miré la hora y comencé a reírme.
- Mateo, procura relajarte- Le agarré el brazo y le señalé el reloj.- Aún son las 8 de la mañana, dudo que vallas tarde.
Mateo se quedó un rato en shock para después empezar a reírse, dejándose caer en el sofá. Le preparé un café y se lo dejé en la mesa. Me puse a recoger todos los papeles y el contrato en el que solo faltaba mi firma.
- ¿Cuándo lo hiciste?- Pregunté mientras me sentaba y comenzaba a leerlo.
- Una vez puestos los límites y el tiempo, empecé a redactarlo pero ya te habías dormido.- Sonrió y bebió un sorbo de café.
- Una vez firme esto todo comenzará ¿no?- Tomé el boli de la mesa... Sabía lo que hacía ¿verdad?
Firmé y, no se porque, pero sentí que cambiaba la historia...
Ahora empezaba un nuevo mundo... ¿podré encajar?
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Mío y tuya
Teen FictionUna vida monótona nunca fue lo suyo, siempre prefería encontrar diversión aunque hasta de eso se cansó. Ahí conoció un nuevo local, uno que nunca había existido en esa ciudad y sin lugar a dudas ella irá. Un mundo nuevo se abrió en sus ojos, sin sab...