Podía jurar que tardé demasiado tiempo en girar un cuarto la cabeza para ver la figura junto a mí.
El peluche de osito cubría su carita pero sus manos lo agarraban con fuerza. Me había dado un paro cardiaco por un segundo así que comencé a reír.
- Hola pequeño, Shoun ¿verdad?- El pequeño asintió y saco su cabeza.- ¿Quieres algo?
Shoun miraba al rededor y después me tendió el peluche. Sus ojitos evitaban chocarse conmigo y miraban a todos lados nervioso.
- ¿Me lo quieres dar?- Él asintió y lo cogí, Shoun se abrazó su cuerpo y se fue a ir.- ¿no quieres quedarte?- Él paró y me miró pensándolo, le señalé la cama y, tímido, se sentó junto a mí.
Shoun no hablaba pero sus caras tiernas me decían lo que necesitaba, él se debía de sentir solo pero nunca se atrevía a estar con alguien por si pasaba algo. Después de un rato se acabó durmiendo en mis piernas y yo le acariciaba la cabeza.
Steff entró un rato después y le hice un gesto para que guardara silencio. Steff miró mis piernas y su boca se abrió, juraría que iba a llorar. Se fue corriendo y segundos después regresó con una mujer pálida y rubia y el hombre que minutos antes me había regañado. La mujer (supongo que es la madre) comenzó a llorar mientras se tapaba la boca, Shoun seguía ajeno a todo el dramatismo que le esperaba fuera de su sueño perfecto.
Steff al final les sacó y se sentó en una de las esquinas de la cama intentando no moverla mucho. Murmuró un "¿Cómo lo has echo?" casi inaudible y yo solo me encogí de hombros mientras le volvía pasar la mano por su hermoso cabello.
Shoun despertó y, cuando vio a Steff, quiso esconderse tras de mí. Me dió la mano y ocultó su cara en mi pecho.
- Shoun, mírame.- Levanté su cabeza- No va a pasar nada, te lo prometo.
Sonreí y vi como se relajaba, su pequeño cuerpo se separaba de mi y giraba la cabeza para ver a su llorosa hermana. Steff estiró su mano dejándola cerca de él, los ojos del pequeño volvieron a mí, le sonreí y volvió a ver la mano. Sus dedos rozaron los de Steff y los apartó rápido, al ver que no pasaba nada volvió a tocarlos hasta que acabó apoyándola toda.
Los ojos de Shoun escaneaban cada movimiento que hacía, procurando no ir demasiado rápido. Steff se moría por abrazarle pero se mordía el labio mientras veía como su hermanito gateaba hacia ella.
Shoun acabó llegando a ella y tocando sus brazos, podía ver como se le aguaban los ojos.
- Shoun, ¿puedo abrazarte?- Sus palabras salieron como si fueran sollozos e hizo que el pequeño levantase la cabeza.
El niño estiró sus brazos y Steff no dudo en rodearle con los suyos, los vi fundirse en un abrazo mientras los ojos de Steff se volvían cascadas. Le besuqueo toda la cara y vi como comenzaba a brillar de felicidad.
- Steff vas a asfixiar al pobre- Me reí acurrucándome en la cama. Se separó de Shoun y acunó su cara con sus manos.
- Me parece tan irreal- Suspiró y, abrazando a Shoun de nuevo, se dejó caer en la cama.
Al final acabamos durmiéndonos cada uno en una parte de la cama y nuestros ojos no se abrieron hasta que el teléfono de Steff comenzó a sonar.
Somnolienta respondió.
- ¿Diga?- Su voz sonó ronca pero segundos después se levantó de golpe.- Ya, ya, lo siento, me entretuve- Me hizo un gesto con la mano para que me levantara- Si, si ya vamos.
Colgó la llamada y tiró de mi hasta su cuarto. Fue directa a su armario y me tiró una bolsa mientras cogía otra.
- Steff, frena, ¿Qué ocurre?- Abrí la bolsa y revisé las diferentes telas enmarañadas.
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Mío y tuya
Teen FictionUna vida monótona nunca fue lo suyo, siempre prefería encontrar diversión aunque hasta de eso se cansó. Ahí conoció un nuevo local, uno que nunca había existido en esa ciudad y sin lugar a dudas ella irá. Un mundo nuevo se abrió en sus ojos, sin sab...