Con los ojos aun vendados me desataron y me dejaron caer en la cama. Los dos cuerpos sudorosos estaban junto a mí, las manos suaves de Steff masajeaban mis muñecas mientras el hombre (cabe decir que ocultaba gran bestia) me arropaba y quitaba el arnés. Sentí las caricias de ambos y todo el dolor de mi cuerpo y todo lo que sentí se volvió un recuerdo muy placentero y que recordaría más de una vez pero... entonces ¿me gusta dominar? ¿o me gusta que me dominen...?
- ¿Todo bien?- Steff me susurró en el oído y asentí aun sin voz. Hubo un gran silencio y poco después noté al hombre irse. Steff me quitó el antifaz y me cubrió un poco de la luz.- Lo siento, no quiere que le veas.
- Comprendo, me habéis dejado muerta- susurré mientras hacía una pequeña sonrisa.
- ¿Te hizo daño algo? No queríamos que te asustaras...
- No me hiciste daño, todo bien- Me incorporé en la cama y me estiré haciendo crujir mis hombros.
Charlamos un poco y después tomamos algo tranquilamente.
- ¿Puedo comentarte algo?- Bebí un poco de refresco mientras mi vista se perdía en la encimera.
- Claro, ¿Qué ocurre?
- Tengo un contrato con otra persona, en el no se indica que seamos propiedad uno del otro, más bien indica lo contrario, pero esa persona ha mostrado celos y me ha indicado que debía estar solo con él. ¿Qué puedo hacer?
- Cerrar ese contrato. Ese tipo de personas en el BDSM no debes dejarles pasar, podrían ser obsesivos y posesivos. Mi recomendación es clausurar el contrato de forma temporal hasta que se aclaren las ideas.- Steff se levantó y trajo un montón de papeles que dejó junto a mí.- Este es nuestro contrato si quieres con nosotros, en la clausula 3 pone "Tanto el Sum como el Dom no tienen la obligación de tener un solo contrato, se podrán ver con otros Dom o Sum siempre que respeten las normas". Si se quiere cerrar debe ponerse en el contrato y firmar de acuerdo a lo escrito.
- Comprendo...- Miré el número de hojas- Tanto escribís...
- Ten en cuenta que somos dos personas y a parte de eso debemos tener todos los cabos cerrados, llévatelo y ya nos dirás. Si aceptas seguramente él te permitirá verle ya que accedes a la clausula de privacidad.
Steff estuvo explicándome un poco el documento y, cuando mi mente estaba a punto de explotar, me decidí por irme.
Volví a casa en taxi ya que no quería que me llevara, así podría pensar tranquila. Una vez en la comodidad de mi hogar comparé los dos contratos, el de Mateo dejaba muchas cosas sueltas mientras el de Steff tenía todo zanjado, ponía el horario de las sesiones, las formas de modificar los límites y el como comportarme dentro y fuera de su zona de seguridad.
El teléfono sonó y pude ver el nombre de Mateo, soltando el aire respondí.
- Creí que no me responderías- Su voz sonaba preocupada.
- Te contesto porque quiero hablar de algo contigo, quiero cancelar temporalmente el contrato hasta saber que es lo que quieres y rehacerlo con nuevas condiciones.
- Pero ¿no te gusto? ¿hago algo mal? ¿Encontraste otro sum?- hablaba atropelladamente.
- Mateo, no tengo otro Sum y si lo tuviera no es asunto tuyo, esto es algo entre dos y si no estoy cómoda por tu posesividad no voy a acceder hasta que se controlen las cosas.
Tardé más de lo pensado discutiendo con Mateo, su testarudez eran dignas de un abogado. Cuando colgué me sentí el doble de cansada, mi cuerpo dolía como los mil demonios pero mi cabeza estaba calmada y se sentía tranquila. Aun tenía el día siguiente libre, así que decidí mimarme. Me preparé una bañera con velas y espuma, mi cuerpo entró suavemente en aquel paraíso y un gemido salió por mis labios. La música tenue sonaba por los altavoces y metí mi cabeza bajo el agua, una sensación de calidez me recorrió de arriba a abajo y la misma pregunta me inundó la mente... ¿Qué me gusta más?
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Mío y tuya
JugendliteraturUna vida monótona nunca fue lo suyo, siempre prefería encontrar diversión aunque hasta de eso se cansó. Ahí conoció un nuevo local, uno que nunca había existido en esa ciudad y sin lugar a dudas ella irá. Un mundo nuevo se abrió en sus ojos, sin sab...