Capítulo 13

8 2 5
                                    

Al verlo casi se mata. Una pena no recordar esa noche... Y entonces revisé el móvil... O no...

Parece ser que me dediqué a fotografiar y gravar escenas de anoche. Elías se asomó a mi móvil sospechando lo que me tenía absorta. AL principio los videos eran de unos borrachos sin sentido, jugando al yo nunca o a retos... Tras eso parece ser que Elías coqueteaba con Samuel, en otras fotos yo llevaba ya la camiseta de Elías y estaba en el baño riendo, di a reproducir el video.

- Shhh- Me tambaleaba de un lado al otro mientras estaba pegada en la puerta- Eli y Samu están follando en el salón jijiji- Me reía y después grabé a través de la puerta como Elías estaba sobre Samuel saltando y él le mordía el cuello. Miró a la cámara y el video paró.

- Menos mal que te da siempre por grabar- Rio Elías avergonzado.

- Pásame el video- Samuel estaba detrás de Elías y le asusto.- Me gusta como sale, y si hay alguno más lo quiero.

Nos quedamos boquiabiertos mientras Samuel se iba al baño...

- No se como tomarme eso- Susurró Elías.

- Pues creo que va a querer quedar más contigo- Le di con el codo y seguí viendo videos encontrándome uno más con Elías y Samuel follando. Los demás eran yo en la cama y sabía como acababan por lo que los borré directamente. ¿Qué fueron esas pastillas?

Samuel volvió y, tras despedirse de mí, le dio su número a Elías. Mi niña interior chillaba de emoción pero la yo cuerda me decía que debía ser seria.

- ¿Quieres que le pase los videos entonces?- Seguí revisando mi móvil mientras miraba de reojo a Elías tirado conmigo en el sofá.

- Hazlo, él también sale, sería malo para el si se publican.

Lo hice y después nos quedamos tranquilos observando como el sol se iba ocultando. Elías al final se decidió por irse y yo me quedé tirada en el salón. Mi tripa empezó a rugir pero no tenía fuerzas por lo que acabé pidiendo a domicilio.

La comida china llegó en pocos minutos y disfruté cada fideo de arroz del taper, además de los rollitos y el pan de gamba. El timbre sonó cuando recogía la mesa y al abrir la puerta Samuel estaba frente a mí.

- ¿Te olvidaste algo?- Le invité a entrar y el sin ninguna palabra mostro su móvil.

En el estaba yo en la habitación y él en la puerta. Me estaba gravando mientras yo bailaba sensualmente y me medio tocaba. Borré el video directamente y él rio.

- ¿Ibas a chantajearme?- Me enfrenté a el pero parecía una ardilla contra un pastor alemán.

- No, nunca se me ocurriría eso- Se sentó en una de las sillas- Solo quiero saber de Elías, no tienen los mismos gustos que yo ¿Verdad?- Negué con la cabeza y suspiró.- Entonces va a ser complejo...

- Díselo, quizá acepte aprender.

Samuel estuvo hablando conmigo de lo que le preocupaba y yo procuré tranquilizarle. Cuando la luna ya cubría todo se decidió por irse y yo me fui directa a la cama. Sobre el escritorio vi el contrato... Me mordí el labio y, encendiendo la lámpara de lectura, comencé a repasarlo...

"Debe de tener una dieta saludable" "La puntualidad en las sesiones es imprescindible, si no se castigará o cancelará" "Fuera de las sesiones se tratara de forma urbana, a no ser que el amo lo desee" "La higiene es fundamental" "Las palabras de seguridad son Carmesí y Escarlata" "No se revelara la identidad de los presentes"

Etcétera, etcétera...

El día llegó y había alguna cosa que no comprendía así que  llamé a Steff.

Mío y tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora