¿Podrías Amarme?

XXI

¿Recibiste el archivo?
Mhm. ¿Les gustó a los socios? Preguntó Daniel, levantando la vista cuando vio a George entrando a la oficina con un traje gris oscuro, una mano metida en su bolsillo y la otra sosteniendo un americano helado. Daniel siempre bromeaba diciendo que, en otra vida, probablemente habría salido con él, Ambos eran introvertidos, pero George tiene esta inteligencia mundana y silenciosamente feroz sobre él que fue fascinante.

-Daniel solo conocía a otra persona así en estos días-

Necesita pequeñas ediciones en el formato, respondió George, nada que no pueda arreglar en una hora. Daniel tiró de la carpeta negra hacia él y la abrió para encontrar los documentos doblado dentro de ella, observó con cuidado y luego torció los labios y miró a George. -No, quiero errores George, la junta en Woking salió muy bien como para echarlo a perder. ¿verdad? -"Correcto."- dijo George, levantando una ceja

Tiene que ser perfecto, ¿no?

Si, para que eso suceda sé que es lo que necesito editar, ¿Terminaste de presumir?, Preguntó George, aunque sonaba orgulloso. Daniel sonrió, guardando las hojas y sosteniendo la carpeta para que George la tomara, sosteniéndola sobre su escritorio; Él dio un paso adelante y la aceptó y mientras lo colocaba debajo de un brazo, frunció el ceño, los labios se fruncieron levemente mientras su mirada se posaba en algo desconocido.
¿Qué es esto?, ¿Qué?, No toques eso, dijo Daniel con brusquedad, levantando la mano y arrebatando el pequeño globo de nieve de la mano de George, mirando la nieve falsa arremolinándose alrededor del Eye London. Daniel lo sostuvo protectoramente contra su pecho por un momento, frotando el vidrio contra su camisa como si necesitara limpiarlo mientras George soltaba un pequeño suspiro que insinuaba una risa, ¿Desde cuándo coleccionas souvenirs de Londres? preguntó divertido. ¿Y mucho menos tenerlo en tu escritorio?
Woking, solo pensé que se vería bien, fue un regalo, Daniel respondió vagamente, frunciendo el ceño a la pantalla de su computadora por un momento, todavía un poco molesto porque George había tocado su regalo.
¿Pensaste que era un qué? Espera, espera, espera, dijo George con otra risa y Daniel apretó la mandíbula y puso la bola de nieve en la esquina de su escritorio mientras George se movía y se sentaba en el descansabrazo del sofá de Daniel, con los pies clavados en el suelo.

¿Quién te va a regalar en Londres, Daniel?

-Cállate, Russell-

¿La invitaste a Woking? Enfatizó George, levantando las cejas. ¿Me estás tomando el pelo? ¿Invitaste a Phani a Woking? ¿Hablas en serio?
-Fueron cuarenta y ocho horas-, respondió Daniel a la defensiva.
Tuvo exámenes la semana pasada, así que yo solo... Fue solo para ayudarla a relajarse antes de los exámenes ¿De acuerdo? Apártate. Le regalaste, a tu "Amiga de transacción" un regalo de graduación, dijo George con voz hueca hice lo que quería hacer, así que si tienes algo más de mierda de qué hablar, puedes irte, respondió Daniel, dejando de lado la poca cortesía que le quedaba.
No voy a decir una mierda, dijo George, cruzando los brazos con la carpeta entre los dedos, pero creo que es interesante que le estés dando regalos, fue un motivante, por que aprobó todos sus exámenes con las mejores notas, así que tal vez el viaje funcionó, respondió Daniel, recordando con cariño la forma en que Phani se había metido en su apartamento el viernes por la noche llena de energía, arrojándose a él y diciendo que había pasado y que por fin podría graduarse. Daniel había abierto una botella de champán para celebrar, se lo habían bebido todo en diez minutos y habían tenido sexo allí mismo en la cocina. Ella se había quedado dormida esa noche, aferrada con fuerza a él, pero se había escapado temprano en la mañana para ir a trabajar, Daniel odiaba cuando se levantaba de la cama, y ella ya no estaba, siempre lo hacía sentir tan vacío.
Bueno, al menos pasó, comentó George, le ayudé a estudiar para la gestión de riesgos, dijo él, riendo. -Gran retroceso-.