XXV

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Correcto, eso es fantástico, gracias.
Si claro lo veremos en la siguiente junta señor Stefano Domenicali seria todo un placer que nuestro monoplaza tenga un motor establecido por usted, Claro que si, lo hablaré directamente con George y Charles y se lo comunicare, perfecto, que tenga un buen día.

Daniel colgó el teléfono en silencio y luego se reclinó en su silla, con los tobillos cruzados con la oficina en silencio.
Las paredes eran blancas y lo habían sido durante casi seis años por lo que en contraste con los muebles de cuero oscuro y el tono verde de las plantas que tenía Daniel, su oficina tendía a ser brillante y relajante, especialmente en la mañana cuando la luz del sol entraba a raudales por las ventanas que daba a la calle, pero últimamente, el color blanco se había sentido un poco sofocante

"Buenos días"

Buenos días, dijo Daniel sin apartar la mirada de su computadora, y redactando un correo a sus amigos y compañeros con la nueva información de Domenicali, Sefton entró y luego le extendió algo en la mano a Daniel y terminó una oración y luego miró.

En el momento en que se dio cuenta de lo que estaba sosteniendo, extendió la mano y se lo arrebató, con el corazón acelerado.

Fui al mercado el sábado por la tarde, dijo Sefton mientras Daniel miraba la tarjeta de información del tamaño de una postal de The Return, el logotipo profesional y los links de redes sociales y todo.
-Solo para caminar con mi esposo- No tenía idea de que estaba allí, pero tenía un stand.

Daniel se limitó a aclarar su garganta, escaneando cada rincón, cada centímetro de la tarjeta en su mano.
La dejó lentamente y luego usó dos dedos para empujarla hacia Sefton, ella chasqueó la lengua una vez y tomó la tarjeta, pero no dijo nada más, se quedó inmóvil mientras Daniel se volvía hacia su computadora, tragándose diez mil preguntas en la punta de la lengua

"Daniel"

"Sí"

Está obteniendo ganancias, por mérito propio.

Daniel retiró sus manos del teclado por un momento y tomó su bolígrafo para girar entre sus dedos lentamente, aun evitando el contacto visual con Sefton. En cambio, sus ojos se posaron en la bola de nieve que Phani le había regalado en Woking que todavía estaba sobre su escritorio, un tesoro que hasta ahora se había negado a quitar.
Mientras miraba, Sefton continuó, estuvo allí cuatro fines de semana, alcanzó el punto de equilibrio y obtuvo una ganancia positiva todos los días, dijo, con la voz controlada pero teñida de un orgullo y una emoción palpable.
Cuando me fui, miré el stand durante unos minutos desde la distancia y ella tenía un flujo constante de clientes realmente lo está haciendo, Ricciardo.

Daniel golpeó silenciosamente la parte superior del bolígrafo contra su escritorio y asintió y finalmente miró a Sefton. Su sonrisa lentamente comenzó a desvanecerse en algo un poco más triste, -Pero no se ve bien-, agregó, y Daniel dejó de golpear el bolígrafo. Creo que ha perdido peso, parecía bastante cansada. Tal vez estoy yendo demasiado lejos y tal vez no sea mi problema, pero ella está sufriendo.

Está bien, no es tú problema, dijo secamente Daniel y Sefton suspiró, bueno, como yo también lo noto, tú también estás sufriendo, dijo, y Daniel se fijó en su mirada, con la mandíbula apretada.
No creas que no me he dado cuenta de que estás aquí antes que yo y que te quedas después de mí, no soy idiota, has sido miserable.

Necesito que te pongas en contacto con Toto Wolff y su gente, dijo Daniel, refiriéndose al proveedor de su motor dentro de su monoplaza, confirma una reunión con ellos para mí, por favor.

Eres bueno para desviar, Daniel, pero honestamente, te estás poniendo viejo, respondió Sefton, moviendo el folleto en su mano ligeramente.
Ha pasado un mes, lo mínimo que puedes hacer es admitir que sientes algo por ella.

¿Podrías Amarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora