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Tiempo después

La pelinegra acababa de volver de su visita a la pequeña Velma. Le había leído los diarios que escribía desde que se convirtió en vengadora. Los dejó en la cama mientras se daba un baño. Al salir, se escuchó un fuerte golpe en el jardín, apenas se había puesto la toalla alrededor del cuello cuando escuchó pasos dentro, dio un rápido vistazo a su móvil, no había noticias de su prima o su prometido, así que no fueron ellos. Antes de poder crear un campo de fuerza para golpear al intruso, la puerta se abrió y un hombre trajeado yacía frente a ella.

—Malie...

—Viniste a Midgard y no fue a verme, ¿quién te crees?

—Solo cállate— dijo al jalarla para aprisionar sus labios con fuerza, ella quedó atónita un momento, el dios quiso quitarle la toalla, así que ella lo desvistió con agilidad antes de verse desnuda. Aún no estaba lubricada cuando lo sintió entrar, lastimándola en el acto, soltó un sonoro quejido y él no le prestó atención, estaba muy ocupado en su labor.

—Loki, ¿qué te pasa?— inquirió luego de recuperar el aliento, ambos seguían desnudos sobre la cama, se giró a verlo.

—Nada...

—Me lastimaste, nunca habías sido brusco en ese sentido. ¿Qué ocurrió?

—Odín murió...

—¿Y eso te afecta? Tú no lo querías.

—Su hechizo se rompió y liberó a Hela, la hermana de Thor. Destruyó el mjolnir.

—¿Y Thor cómo está?

—Caí antes de ver lo que le ocurría a él.

—Tienes que volver.

—Prefiero estar aquí.

—Tu hermano te necesita.

—Es peligroso, estoy usando magia negra para estar aquí...

—Y no para buscar a tu hermano. Loki, debes volver.

—Es su hermana, que se ocupe él.

—¿Desde cuándo huyes de una pelea? No vas a perder, no si pelean juntos contra ella. Es más, vamos.

—No, tú te quedas aquí, Velma necesita a su madre.

—También a su padre. Escúchame bien— dijo al tomarlo del rostro—: no van a perder, le patearán el trasero y ambos volverán, él a conocer a su sobrina y tú para ayudarme a planear la fiesta de tu hija, este año será aquí.

—Te amo, Malenalie.

—Yo te amo a ti, Loki— dijo antes de besarlo con delicadeza.

—Podemos hacerlo una segunda vez.

—No, báñate para que marches.

—Te amo— dijo sobre sus labios.

—Anda, mientras más pronto marches, más pronto volverás.

—¿Has pensado a dónde nos iremos?

—Primero vuelvan a salvo.

#MakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora