28

1 1 0
                                    

—Ya no falta mucho.

—¿Crees que lo que hace que un Loki sea un Loki es el hecho de que estamos destinados a perder?

—Tal vez perdamos, dolorosamente, a veces, pero no morimos. Sobrevivimos. Tú lo hiciste, eras una niña cuando te llevó la AVT, pero casi derribas la organización que dice gobernar el orden del tiempo. Lo hiciste sola, fuiste mejor que ellos, ¡eres genial! — ella puso su mano sobre el antebrazo del dios, él lo notó.

—¡Ahí! — señaló el bloqueo temporal, se secó la lágrima y sonrió esperanzada.

Loki la volteó a ver, esta vez con otros ojos, pero ella se asustó al ver un enorme meteorito irrumpir en la atmósfera y estrellarse en el horizonte creando una enorme avalancha que avanzaba de forma amenazante hacia ellos, Loki apretó la mano de Sylvie y ella devolvió el gesto, faltos de esperanza, solo se veían entre ellos aceptando el final, ¿qué más les quedaba? Por fin comprobarían si era verdad que su vida entera pasaba frente a sus ojos, después de todo, los dioses vivían alrededor de cinco mil años, aventuras y malas decisiones no habrían faltado.

Dos puertas se abrieron detrás de ellos, la pelinegra fue la primera en salir para romper sus cadenas y crear un campo de fuerza para protegerlos a todos mientras los cazadores arrestaban las variantes. Loki volteó a verla con esperanza, pero ella estaba decepcionada, tanto que abogó por él y pensaba hacerlo en Asgard, ahora lo dudaba. Sylvie, en cambio, la vio con desprecio y Malenalie no entendió por qué. Mobius tampoco estaba muy contento con la situación, tocó el hombro de Madinaveitia para avisarle que regresara, esta vez, ya no le pusieron las esposas.

Sylvie seguía forcejeando con los dos agentes, Malenalie caminaba a la par que B-15, Loki no opuso resistencia, salvo cuando vio que los llevaron por caminos separados. La pelinegra iba a ir con su Loki, pero la cazadora le dijo que debía permanecer con la custodia hasta entregarla a otro agente. Siguió su camino, lento, ya no importaba nada. Quería ayudar a Sylvie a escapar, porque lo vio en sus ojos, temor, un pequeño deje, al igual que sus intenciones, entendía lo que quería y le parecía extraño porque no había cruzado palabras con ella, la pelea en su mente no contaba.

—¿Va a estar bien?

—No debería preocuparte.

—Pero lo hace— se encogió de hombros, se quitó la chaqueta y recogió su cabello, de forma inconsciente a como el pelinegro la había peinado antes de ser secuestrada—. ¿Qué pasará con Loki?

—Mobius ya pensó en eso.

—Quisiera verlo.

—Eso no será.

—¿Ahora me hablarás así? Creí que éramos compañeras, o mínimo era tu subordinada.

—Le dije a Mobius que no era buena idea traer a la variante y, por el contrario, también te trajo.

—No hice nada, me enfrenté a la variante todo lo posible, pero no tengo su poder.

—Es mejor que no lo tengas— le puso un collar que le dio una descarga cuando intentó acercarse, la pelinegra se quedó quieta y vio a la jefa irse.

—¿Ella está adentro?

—¿No se supone que debes interrogar a tu mascota variante?

—Solo estiro las piernas. Trajimos a krees, titanes, vampiros, ¿por qué los dos semidioses huérfanos son un fastidio?

—Y, sin embargo, fue tu idea traer otro.

—¿Compartimos el crédito?

—¿Mobius? ¿Loki dijo algo mientras estabas ahí dentro? — Malenalie se veía enserio preocupada, sin importar la molestia o decepción, B-15 se acercó, dada la situación.

—Sí, que la AVT me está mintiendo.

—¿Solo eso? ¿Necesito un hilo del cual tirar y eso no suena a mucho?

—Ese ya no es tu trabajo— la llevó devuelta a la entrada.

***

—Sif, espera. Soy una mala persona, lo entiendo— se acomodó mejor en el suelo y la guerrera lo miraba expectante—. Te corté el cabello porque pensé que sería divertido y no lo es. Anhelo atención porque soy... soy un narcisista y supongo que es porque me asusta estar solo— Lady Sif le tendió la mano para ayudarlo a ponerse de pie.

—Estás solo y siempre lo estarás— dijo antes de soltarlo.

—Bueno, Loki, ¿listo para hablar? — entró Mobius en el recuerdo.

—Tecnología sofisticada, tácticas amenazantes de interrogación.

—Parece que tú y yo estamos en un bucle propio— dijo Mobius cuando ambos se sentaron—. Pasó mucha agua bajo el puente desde entonces. Bueno, dijiste que la AVT me está mintiendo, adelante. ¿O es un mecanismo de supervivencia de las cucarachas que se pone en marcha?

—Déjame salir de aquí, deja de golpearme y te lo diré.

—Cucaracha, ya entiendo. ¿Cuánto tiempo trabajaste para la variante?

—¿Yo? ¿Trabajar para ella? Por favor.

—Si no trabajas para la variante, ¿qué sucede? ¿Son socios?

—Claro que no— negó con la cabeza—. Ella es difícil, irritante y trata de pegarme todo el tiempo. No, no somos socios, no.

—Sí, creo que no te gustan los socios, dejaste a la tuya en el supermercado.

—Pero estaba bien.

—No quita que la dejaste.

—Malenalie no es mi socia.

—Salvo que, claro, te beneficie, y quieras traicionarla en algún momento.

—Era un medio para un fin, Mobius, bienvenido al mundo real. Ahí, somos malos para lograr lo que queremos.

—¿Ahora un príncipe va a decirme cómo funciona el mundo real? ¿Por qué no me dices qué causó el evento nexus en Lamentis?

—Déjame repetírtelo— espetó—. No voy a decírtelo para que puedas darte vuelta inmediatamente después y podarme.

—Supongo que llegamos a un punto muerto.

—Bueno, se terminó.

—Extrañaré estas charlitas privadas— tomó sus cosas para ponerse de pie— un tipo juega a las das: tú. El viejo Mobius juega al ajedrez, pero sí, saluda de mi parte a Lady Sif.

—¿Qué...? No, ¿qué? No. Por favor, espera.

—¿Sí?

—Por supuesto que era yo el que movía los hilos todo el tiempo, ella vino a verme en Asgard hace mucho tiempo, luego me llevó a uno de sus apocalipsis, y allí es donde urdimos nuestro plan juntos.

—¿Cuál es?

—Progresa muy bien, gracias.

—¿Y la variante?

—No importa, ella es un peón.

—¿Y la otra variante? — entró la pelinegra desde la mención de Asgard, pero no hizo notora su presencia hasta ese momento.

—Solo eres otro peón— se puso de pie y ella lo alejó con las manos.

—Enserio eres un idiota— intentó controlarse, que no le temblara la voz ni llorara de nuevo—. No, yo soy la estúpida por ir a buscarte y por creerte.

—Malenalie.

—Cállate— espetó—, por tu culpa tengo que usar esto— agitó los grilletes—, ¿y así es como me lo pagas?

#MakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora