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En esta ocasión fueron a ver a Malenalie, o bueno Kat Baker, como era conocida en esa realidad. Se veían idénticas, los mismos gestos, los mismos miedos, expresiones y pasión, en palabras de Loki. Esta chica practicaba patinaje artístico sobre hielo y volteó a ver a la mutante a su lado para inquirirla con la mirada y saber si ella lo hacía—. Casi no voy a Londres, allá me gusta hacerlo.

—Hay que visitar Londres— le sonrió.

Kat tuvo un accidente muy fuerte donde se cae de lleno el hielo y hay una ruptura, ¿del hielo? Quizá, pero en medio de su melena negra hay una cicatriz, un blanco. Queda traumada de por vida, empieza a reprimir su potencial, debe superar el miedo. Vive con una madre controladora, intensa o pasional y con problemas de salud mental, lo cual alertó a ambos. Lady Malie consideraba que los tenía por la telequinesis, ya que a veces escuchaba la mente de la gente, batallaba para conciliar el sueño y por ello, no sólo el Suero del Súper Soldado atrofiaba sus poderes, sino su falta de concentración.

Kat, al igual que la madre, padece bipolaridad. Debía aprender a vivir con ello e incorporarlo a su vida y su rutina. Tener que practicar mínimo seis horas diarias le costó muchos moretones y sin una uña del pie. Algo que complementaba con su entrenamiento, eran los artículos, libros y videos con que se documentaba para mejorar en su técnica. Debido a la presión que tienen, muchos patinadores desarrollaban problemas mentales. Lady Malie consideró que fue la mejor forma de abordar la salud mental, porque la pelirroja no sabía mucho al respecto.

Loki vio a su novia completamente ida y afectada, así que prefirió no seguir explorando ese mundo. Malie alegó que quería verla llegar hasta las olimpiadas, ver cómo evolucionaba su relación con el muchacho, si podría reparar la relación con su madre y hermana. Pero sabía que eso sólo la afectaría más, era demasiado crudo para ella. La pelinegra defendió a Dasha, sus métodos para resolver los problemas de confianza. Loki le dijo que era obvio que Kat pondría en riesgo su salud mental.

—Tú no lo entiendes.

—¿Porque no estoy enfermo como tú?

—No me llames así, yo no estoy enferma.

—No estás enferma, ni loca, me preocupo por ti.

—¿Entonces por qué me sacaste de ahí?

—Esas crisis serían destructivas para la chica y para sus amigos, y tú intervendrías.

—Eso no es cierto.

—Malie...

—Sé que ella sería la causante de que el noviazgo y los olímpicos fueran al caño... si crees que yo puedo poner esta misión en peligro, dímelo ahora.

—Esto es por ambos, aunque fueras un peligro, no te relevaría, ni te dejaría confinada aquí.

—La soledad y paz de este lugar me dolería más que estropear el viaje y crear más incursiones de las que ya hicimos.

—¿No te protege Nathaniel?

—No lo creo.

—Quedan otras tres y, creo, una en donde estamos los dos.

—Eso es nuevo.

—No me iré con él.

—Bien, me iré contigo.

—Sólo aquí, ya que no te gusta la playa.

—Bien, este es el trato: me enseñas a patinar sobre hielo y yo te cumpliré el sueño húmedo de tener sexo frente a todos.

—¿Eres el príncipe deJotunheim y no sabes patinar sobre hielo? ¿Enserio?

#MakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora