24 ⫸No se puede huir eternamente

87.1K 8.1K 4.8K
                                    

Skyler me tomó de los hombros hasta que mi pecho chocó tocó el piso, cubriéndome con su cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Skyler me tomó de los hombros hasta que mi pecho chocó tocó el piso, cubriéndome con su cuerpo. Más disparos resonaron, gritos desesperados, el movimiento apresurado del público, las sillas y mesas desparramadas.

No había visto a las personas entrar, cuántas eran, qué armas portaban. Daban voces de mando para que todos fueran al suelo y disparaban al techo.

—Muévete y no mires atrás —ordenó Skyler.

Agachados, bajamos por la escalera que usaban los bailarines. Más disparos me obligaron a tapar mis orejas cuando llegamos al camerino.

Los hombres que hace un momento estuvieran sobre el escenario corrían de un lugar a otro, juntando sus pertenencias para huir. Nos metimos entre las perchas de conjuntos con distintos colores y chocando con los que venían en dirección contraria. Skyler abrió el casillero donde estaba su ropa.

—No tenemos tiempo para que te vistas —reclamé y mi voz tembló en lo que miraba sobre el hombro.

Me lanzó la ropa doblada e hice malabares para no dejarla caer. Se puso los zapatos y tomó un sobretodo en la percha a mi lado.

—Muévete —ordenó.

Se escuchaban los gritos desde el salón principal. Antes de que alcanzáramos la salida al fondo del camerino, un hombre entró por la puerta al otro extremo, disparando en todas direcciones. Me tensé al reconocerlo.

—¡Dakota! —gritó Skyler, empujándome para salir del camerino.

Fuimos a parar a un estrecho pasillo por el que corrimos hasta dar con una puerta y luego otra que nos condujo al exterior. Estábamos en el patio trasero del edificio principal, bastante alejado de la entrada o el resto de instalaciones.

Respiré el aire fresco y la llovizna golpeó mi rostro. Tuve que detenerme.

—Tenemos que llegar al auto.

—No puedo. —Apenas podía hablar—. Me duele...

El pecho se me apretaba como si hubiesen dejado caer un ladrillo que lo aplastara y destrozara mis pulmones.

—Tienes que poder.

—No... no...

Me tomó por debajo de las rodillas y estaba a punto de cargarme cuando alguien habló a su espalda:

—¡Suéltala! —Skyler se incorporó, despacio—. Nos han dado problemas —agregó el hombre que no podía ver por el ancho de la espalda de Skyler. Sabía quién era, reconocía su voz—. Benny está muy decepcionado —continuó—. Su Didi se ha portado muy mal.

—La pistola —murmuró Skyler y lo miré, temblorosa—. Está en mi pantalón.

Se refería a la ropa que abrazaba contra mi pecho. Sentía el arma.

—Alza las manos, muchacho —ordenó el hombre y comprobó que su arma estaba lista para disparar. El sonido provocó que me estremeciera. Skyler obedeció—. Álzalas despacio.

Mi crush literario © [LIBRO 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora