La pesadez en mi cabeza era familiar. No podía abrir los ojos, todo daba vueltas y la negrura me envolvía hasta oprimirme el cuerpo.
No era una resaca, aunque no recordaba si había bebido, era más fuerte... Una droga... No de las que te dejaban disfrutar una noche de fiesta si sabías consumirla. Lo que corría por mi organismo era peor y no sabía identificarlo.
Por mucho que intentaba concentrarme, poner en orden mis pensamientos, no podía. La oscuridad me ataba y soltaba. Los párpados, pesados como hierro, eran mis enemigos.
No veía nada, no escuchaba nada.
⫷⫸
Borroso, todo era pura niebla, pero esa vez tenía los ojos abiertos. No sabía si estaba dormida o despierta, si me había quedo ciega. Figuras oscuras se movían frente a mí y oía algo: lejano, grave.
No sabía dónde estaba y estuve segura de que era una de mis pesadillas, de las que me atormentaban desde hace años y se repetían. Eso era lo familiar, lo había vivido, lo había soñado, era otra...
—Despiértala.
La voz parecía venir de una caja dentro de una caja a metros de distancia, desde el fondo de un pozo, quizás distorsionada por un equipo preparado para modularla.
—Dije que la sedaran, no que la dejaran inconsciente.
La misma voz, una reprimenda, un cambio en el tono. Alguien contestó y todo volvió a la oscuridad y no supe por cuánto tiempo.
⫷⫸
Algo se extendía brindándome calor, trayéndome a la realidad. Abrí los ojos sin problemas, pero mi vista seguía si volver.
Una silueta. No. Una persona estaba frente a mí. Vibraba, no, se movía, no... Era yo que no podía hacer que el mundo dejara de temblar.
—Antes aguantabas más, Didi.
Mi nombre, no mi nombre, el diminutivo que solo él usaba. Seguía sin definir sus rasgos o entender dónde estaba, pero era él, Benny.
—Dime, ¿cuántos dedos ves?
Se burlaba, ponía algo frente a mí que era incapaz de enfocar.
Dedos, dedos que me costó contar. Tres.
Mi brazo pinchaba, ardía. Algo me estaban haciendo para volver a la realidad.
—Más de una semana —dijo la voz lejana de Benny.
Caminaba de un lado a otro, más lejos, mezclándose con el fondo del lugar que no podía reconocer. Su voz sonaba como si hubieses varías paredes entre él y yo.
—Dos días persiguiendo al imbécil que se robó el cargamento de El Sopas.
>>Nadie sabe quién es el tipo, nadie puede decir nada de él y de pronto aparece nuestra mercancía en Elksan... Magia.
ESTÁS LEYENDO
Mi crush literario © [LIBRO 1 y 2]
عاطفيةCuando su crush literario aparece en la ciudad, Dakota debe ayudarle a regresar al libro antes de que su saga favorita termine de la peor manera. ⫷⫸ Dakota vive para leer. Está obsesionada con Skyler Moretti, jefe de la mafia y protagonista de una n...